Tras varias semanas remoloneando, el invierno ha llegado de pleno derecho a Zamora. Las primeras heladas de la nueva estación estrenada hace apenas una semana sorprendió tanto a los viandantes como a los conductores a primera hora de la mañana de ayer, cuando el rascador se convirtió en el mejor amigo de quienes debían coger el coche para ir a trabajar. El manto blanco dejado por las bajísimas temperaturas era visible en diferentes zonas de la ciudad, especialmente en las afueras. Los campos que rodean los entornos de Vista Alegre, el río Duero, Olivares o las salidas de la capital permanecieron durante horas cubiertos por esa capa formada durante la madrugada. Y es que el mercurio se encogió mientras la ciudad dormía hasta alcanzar los tres grados bajo cero, lo que obligó a los zamoranos a quitar la etiqueta a esos guantes que, un año más, Papá Noel dejó el pasado sábado bajo el árbol.

La previsión no mejorará durante las próximas jornadas, así que conviene meterse la camisa por dentro del pantalón. Según los datos que maneja la Agencia Estatal de Meteorología, las temperaturas mínimas para el día de hoy alcanzarán los cinco grados bajo cero y el termómetro solo se acercará tímidamente a los cuatro grados positivos en las horas centrales de sol, si es que tiene a bien deleitar con su presencia, que parece que sí. Pero si hoy será necesario abrocharse el abrigo hasta el último botón del cuello, el fin de año que el tiempo tiene previsto para mañana obligará también a calzar el gorro de pompón. Apenas tres grados será la temperatura máxima de la jornada de Nochevieja, con unas mínimas que superarán los cinco grados bajo cero.

Y para quienes deban coger el coche, siempre alerta. La Dirección General de Tráfico pide máxima precaución por la posibilidad de bancos de niebla en la autovía A-66 que cruza la provincia de norte a sur.