La Policía Nacional ha hecho públicos los detalles de la actuación llevada a cabo la madrugada de la pasada Nochebuena, cuando un joven de 29 años acabó en el hospital tras recibir varias puñaladas en la zona de las discotecas de la calle Pinar. Entre los aspectos que aún no se conocían, o que no eran oficiales, figura el número de puñaladas recibidas. Según el informe, Raúl Guerras recibió hasta once cuchilladas, alguna de ellas de cinco centímetros de profundidad, dirigidas a causar un "grave daño" a la víctima.

Tal y como informa el Cuerpo Nacional de Policía, el suceso comenzó en el interior del establecimiento hostelero, con un empujón que derivó en una disputa que finalmente se trasladó a la calle. Ya en el exterior el agresor, de 38 años, sacó una navaja y se la clavó a Guerras en distintas partes del cuerpo "provocándole hasta once heridas, alguna de cinco centímetros de profundidad y que iban dirigidas a puntos vitales". Con estos datos, para los agentes queda clara la intencionalidad de "causar grave daño" a la víctima.

El cuerpo afirma que un amigo del herido intentó evitar que el presunto autor de los hechos continuara "hundiendo" el arma en el cuerpo de Guerras, pero "resultó lesionado también" y no pudo frenar la agresión.

Asimismo, la Policía confirma -como ya adelantó este diario- que fue detenido el hijo del principal sospechoso del apuñalamiento por "jalear a su padre cuando estaba cometiendo el delito". También han sido imputadas otras dos personas como colaboradoras de las lesiones producidas. El informe policial añade que las disputas entre el agresor y el agredido no son nuevas. En el mes de octubre, el ahora detenido -actualmente está en la cárcel de Topas- denunció a la víctima, que también fue detenida por lesiones provocadas y amenazas a él y su hijo.