La Policía Nacional ha detenido a un padre y un hijo como presuntos autores materiales del apuñalamiento sufrido por un varón de 29 años a las puertas de una discoteca en la madrugada de Nochebuena. Según ha podido saber este diario, ambos fueron puestos ayer a disposición judicial. Tras prestar declaración ante el juez el padre, al que se considera presunto autor principal de la agresión con arma blanca fue enviado a la prisión de Topas, en espera de que prosigan las diligencias sobre el caso. El hijo, que según la declaración de la víctima también colaboró en la agresión, es menor de edad y ha sido puesto a disposición del Juzgado de Menores, quien deberá adoptar con él la medida que considere más adecuada.

La Subdelegación del Gobierno se negó ayer a facilitar cualquier tipo de información a la opinión pública sobre el suceso y lo que estaba haciendo para resolverlo.

Según la información recabada por este diario, padre e hijo son vecinos de Los Bloques y son los presuntos autores de una agresión que, como reseñó la propia víctima, podía haber tenido un resultado fatal, de no haber sido por la corpulencia del agredido y la ayuda de un amigo, que también resultó herido.

También se ha tomado declaración a otras personas que fueron testigos de la agresión.

Los hechos se conocieron hacia las seis menos cinco de la madrugada de Nochebuena, cuando el 1-1-2 recibe un aviso por una pelea multitudinaria a las puertas de una discoteca de la calle Pinar, a las afueras de Zamora. Los servicios de emergencia dan aviso a las policías Municipal y Nacional, además de las asistencias sanitarias. En el lugar es atendido un joven de 29 años con ocho heridas por arma blanca, al que se traslada al hospital Virgen de la Concha: cuatro en el tórax, una en el glúteo y otras tres en la mano. Por fortuna los navajazos no alcanzan ningún órgano vital y el herido, tras recibir la correspondiente cura, es enviado a su domicilio, donde se recupera de sus heridas. Es la propia víctima la que denuncia a al presunto autor de los hechos, el ahora detenido, con el que había tenido una pelea con anterioridad. De hecho, contra el herido pesaba una denuncia por parte de su agresión por un incidente previo en el que se cambiaban los papeles. Una pelea en la que Raúl Guerras pegó y rompió el dedo de una mano al otro individuo. Fue esta gresca previa la que seguramente propició la venganza.