La carretera nacional 122, entre el punto kilométrico 427,1 y el 442, es decir, el tramo que discurre entre el final de la zona urbana de Toro y la entrada de Fresno de la Ribera ha entrado en el mapa de los 17 puntos negros que existen en toda España, que incluye las vías con un índice de peligrosidad superior a 90. Son los datos del último estudio Eurorap 2016, que no solo traen la mala noticia del aumento de la peligrosidad en este tramo, que estaba considerado ya como un punto muy peligroso en informes anteriores, aunque marcado con un escalón inferior, nivel rojo, al de este año.

De hecho, hay dos buenas noticias y es que los otros dos tramos de la misma carretera, pero en el trazado entre la capital y la frontera portuguesa, que estaban considerados muy peligrosos, marcados en rojo, han dejado esta clasificación y ya no aparecen en la lista de los de mayor riesgo del país. Se trata del tramo de 19 kilómetros que va del principio de la variante de Muelas a Fonfría (kilómetros 478,5 a 497,6), que el año pasado aparecía con un índice de riesgo de 61,9. Después de dos años como un punto de alto riesgo, ahora ve rebajado su índice de peligrosidad. Otro tramo de la N-122, también de 19 kilómetros, entre Fonfría y Alcañices (del punto kilométrico 497,6 al 516,8) que al menos durante los tres últimos años era un fijo entre los puntos de mayor peligrosidad de la provincia ha mejorado sustancialmente sus registros y ya no aparece entre las zonas más peligrosas para los conductores.

Se mantiene, sin embargo, el mencionado de la N-122 entre Fresno y Toro que, como los anteriores, también estaba considerado como punto de alto riesgo, aunque hasta ahora sin llegar al máximo nivel. Los datos considerados en el estudio Eurorap son que se han producido tres accidentes morales o graves. Aunque sin fallecidos, sí ha habido cuatro heridos graves en un tramo de 15 kilómetros con una intensidad media diaria de 2.001 vehículos.

Se da la circunstancia de que el tramo negro de la provincia de Zamora se sitúa en una carretera nacional que cuenta con una autovía paralela y aún así mantiene una alta peligrosidad. En cambio la recta de Coreses, otro de los puntos que en este tipo de estudios salía siempre como de alto riesgo incrementó en poco tiempo su nivel de seguridad en cuanto entró en servicio la autovía A-11, que desvió gran parte del tráfico, aunque la antigua nacional mantenga aún un elevado nivel de servicio, sobre todo por el tráfico local y el de camiones.

Algo parecido ocurrió con Cardenal Cisneros, que gradualmente fue abandonando su posicionamiento entre los tramos con mayor índice de riesgo a medida que se completaba el cinturón de autovías de circunvalación de la ciudad que ahora mismo hacen innecesario entrar en la ciudad para proseguir la ruta cualquiera de largo recorrido.

En toda la Comunidad hay una docena de puntos considerados de riesgo alto, la mitad de ellos con la máxima clasificación. Además del tramo Toro-Fresno están también tres de la provincia de Burgos (en la capital y la N-122 entre La Vid y Fresnillo y la carretera de Santander), otro entre Madrid y Ávila y otro en León (N-625 entre Mansilla y La Aldea).