Sus profesores de 4º de la ESO fueron los que le dieron el "empujón" definitivo para decantarse por este bachillerato. "Además, siempre he tenido más inclinación por las asignaturas de ciencias", revela Raúl Fernández Matellán. El poder practicar en el laboratorio es una de las particularidades que más le gustan. "Además, las clases son más prácticas, aunque luego tenemos los mismos exámenes que el resto de alumnos de bachillerato", apunta este estudiante, que está en la sección de tecnología, donde comparte su aprendizaje con otros seis compañeros. Su futuro profesional apunta hacia la ingeniería o la física "pero por la rama de investigación", precisa. Un futuro que sabe que le puede llevar a desarrollar su carrera en el extranjero. "Trabajar en Alemania o Estados Unidos no estaría mal", reconoce.