La vida pasa por diferentes fases en las que las preocupaciones van cambiando, pero es en la vejez, según apunta el periodista Ramón Sánchez-Ocaña, cuando la persona "es dueña de su propio tiempo". El protagonista del Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA presentó su último libro, "¿Viejo yo?", en el que aboga por una tercera edad saludable. "Te das cuenta de que la vida pasa preocupado primero por una estabilidad laboral, después por producir y atender a tus hijos, luego, cuando ellos se van, por cuidar a tus padres, que comienzan su deterioro. Así que es ahora la época en la que, por primera vez, tienes el tiempo para ti. Y lo dedicamos a quejarnos", lamentó el conferenciante.

Y es que las quejas son un denominador común a cierta edad. "Siempre estamos hablando de salud, en cuanto nos juntamos dos o tres amigos, y centramos nuestras conversaciones en lo que nos está pasando. Lo más habitual es que nos quejemos de lo malo, sin darnos así cuenta de lo bueno que seguimos teniendo, a pesar de todo", subrayó.

A este respecto, aconsejó que, como se le realiza periódicamente a los coches, "nosotros también deberíamos revisar nuestros "niveles", como el colesterol, el azúcar o la tensión arterial. Son factores que nos dan las pautas para ir teniendo una vejez más positiva", explicó.

Por ello, la psicología de la vejez debería ser un tema que se abordara con más profundidad. "Son dramáticas las cifras que apuntan que apenas el 2% de los mayores españoles están contentos con su vejez", describió. "Y es que pelear contra el calendario es inútil, porque la única forma de cumplir muchos años es siendo viejo", añadió.

En este sentido, señaló que aprender a gestionar todo lo que aparece con este proceso es "esencial, sobre todo porque a veces no sabes qué hacer con ese tiempo nuevo. Estás esperando a jubilarte para desarrollar tus aficiones pero muchas veces no lo haces por simple vagancia", reconvino.

Se trata de una pereza habitual en cierta edad "a la que se le unen también los miedos. Son dos características que muchas veces coartan a los mayores y les impiden disfrutar de todo lo que nos puede ofrecer el haber cumplido años", animó.

Aunque no quiso ponerse como un ejemplo claro de persona activa llegada a la tercera edad, Sánchez-Ocaña sí reconoció que "la gente que se queda ahí, perezosa y con miedos, cambian de tal forma que por primer vez son capaces de ceder su libertad a cambio de la seguridad".

"La idea de este libro surgió simplemente al mirarme al espejo y ver que los años han ido pasando", bromeó el periodista y escritor sobre su última obra, que le ha hecho regresar al Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA casi una década después de su última visita. "Cuando empiezas a ser viejo la gente suele pensar que te aíslas, que te separas del grupo y que te encuentras solo. Y precisamente es el proceso contrario: cuando te jubilas eres tú quien se aísla y se siente solo y apartado. Y eso te hace sentir viejo", razonó. Por eso subrayó, para terminar, que habría que llamar la atención "sobre el proceso de envejecimiento, porque es una evidencia que a hacerse viejo hay que aprender, es un proceso que hay que conocer para poner solución y saber disfrutar de esta etapa de la vida", finalizó.