El cambio climático no solo repercute en la salud del planeta, sino también en la salud epidemiológica, es decir, va más allá de conservar la propia naturaleza y afecta también a la propia humanidad. El doctor Pedro Setién Urrea subraya que "la salud del planeta está en peligro" y que es el momento de pararse y desarrollar un plan de acción para afrontar el problema lo antes posible. "Los gobiernos tienen que ponerse en marcha porque además estamos viviendo en un cambio con un momento grave de crisis. Este gran problema no se puede resolver simplemente con leyes y actuaciones políticas", apunta.

El doctor participó ayer en el ciclo de conferencias del primer trimestre de CulturAlcampus con una charla sobre "La lucha por el cambio climático: incógnitas sobre el pasado de los ecosistemas y su repercusión en la salud". En ella desarrolló su teoría, que se basa en atacar la raíz humana para afrontar este problema universal.

Para contextualizar la situación actual del planeta, el conferenciante realizó un exhaustivo estudio de esta afección epidemiológica que reconoce que es una consecuencia del cambio climático a través de uno trabajo propio realizado con la isla de La Gomera como protagonista. "Epidemiológicamente se han dado varias etapas y con el modelo de esta isla se puede ver claramente lo que ha pasado y que puede extrapolarse y pasar en el mundo entero. Todo está basado en hechos históricos y comienza con la idea de que de La Gomera partió la colonización biológica de América Latina. A partir de ahí se colonizó biológicamente todo Latinoamérica. Ahora está sucediendo lo mismo, pero a nivel global, por el daño que le estamos haciendo a la tierra", compara.

No solo ofrece una base que apoye su teoría, sino que Setién Urrea también enumera una serie de aspectos que hay que tener "muy en cuenta" para poder afrontar esta lucha contra reloj frente al cambio climático. En este sentido, para el experto todo parte de "la raíz humana", que es el principio del problema y desde donde hay que arrancar para salir adelante. "La crisis ecológica tiene su origen en los propios hombres", apunta el médico.

Y a partir de ahí desarrolla las siete propuestas que "con toda humildad" ofrece como posible solución o al menos camino para intentar dar la cara ante ese desafío que afecta a toda la humanidad, a las que denomina "raíces" y que son "las que hay que atender sin falta".

Así, en primer lugar está el hacer frente a una falta de principio ecológico para un origen común "y un bien común", añade. En segundo plano estaría desentrañar la tecnología sin ética, que también afecta al planeta, al igual que la teoría del antropocentrismo moderno "que define que lo mejor es lo que simplemente es lo mejor para uno mismo y el diálogo es cerrado". Por eso hay que dar el paso hacia un "diálogo abierto, donde se apueste por el bien común y no personal", asevera el ponente.

La lista de sus "raíces" se cierra con una falta de salud mental "que se basa en tener dignidad, paz y diálogo, una salud social que tiene que haber en las ciudades" y, por último, una apuesta clara por una ecología educativa en la vida familiar "lo que nos enfrenta a un desafío también cultural", finaliza.