Una pena que la actuación del sábado noche fuera privada y exclusiva para los socios, además de acompañantes. Fue de las que hacen afición de verdad, de las que la levedad del tiempo se salda con expresiones al uso como "qué corta se me ha hecho la velada" o "me ha sabido a poco", incluso peticiones de otros cantes, a los que David, familiarmente, contestó jocoso: "la próxima que me traigáis, os prometo que los hago".

Abren para marcar territorio flamenco con caña siguiendo la estela de Cayetano Muriel, Niño de Cabra. Sin duda una rareza muy bienvenida, incluyendo el cierre por soleá de Rivalta. Y hablando de cabras? ya sabemos que David, con la complicidad de su hermano Alfredo a la guitarra, tiran al monte de las peculiaridades flamencas. Por eso, de las versiones que hay sobre la caña, los jerezanos siguen la de Cayetano. Y así, con píldoras sustanciosas para nuestra suerte, todo el concierto.

Continúan con tangos. Como toda la actuación, de forma reiterada David hace bandera de su tierra. "Tangos de Frijones". "Ya sabéis los tientos surgen de los tangos cuando se hacen más lentos". Efectivamente, dos grandísimos genios musicales de Jerez y de Cádiz los hacen posible: El Mellizo de la tacita y Diego Marrurro de la albariza tierra.

Soleares de Triana. Pineda El Zapatero, Noriega dos, Arenero dos y Antonio El Portugués en el cierre. Muy bien valoradas y aplaudidas.

Siguen por alegrías. Palo al que David siempre le ha sabido dar un no sé qué. Los hermanos jerezanos son dos artistas consumados captando, entendiendo, haciendo propios e interpretando los aromas marinos de La Tacita. En este caso con dedicación expresa al Tío Chano.

Nos introducen de lleno en los aires minero-levantinos. "De grato recuerdo haber pasado por La Unión". David ha sido Lámpara (de las que no se apagan) en el 2014. Hacen cante de la madrugá siguiendo a El Gallina, para encarar minera de Pencho Cros y Levantica. Maravilloso.

Continúan con media granaina y malagueña de Gayarrito completamente personal.

En las seguiriyas, ambos, dejaron nuevamente su manifiesta autoridad artística. Como todo su concierto, píldoras concentradas de buen arte flamenco. Pellizcos a raudales. Con todo, las seguiriyas fueron la medida de referencia para valorar la altura de los jerezanos. Y la valía fue enorme. Las tres, seguiriyas de su tierra, Manuel Torre, Diego Marrurro y Juanichi El Manijero.

Coronan definitivamente su memorable actuación por bulerías de forma absolutamente magistral. Aplausos prolongado con todo el público de pié.

Nuevamente, noche redonda donde las haya. Zamora vuelve a vibrar con el flamenco, aunque sea de forma privada.