Los galgos, robados en Castilla León, Castilla-La Mancha y Madrid -donde previamente los habían localizado en los campeonatos oficiales a los que acudían- eran vendidos, dedicados a las apuestas o como "sparring" para entrenar perros de pelea. Tras las denominadas operaciones Clavijo y Harry para desmantelar la red nacional el 23 de octubre de 2008, la Guardia Civil detuvo a once personas en Zamora, cinco de ellos los imputados que la Audiencia Provincial juzgará en breve, y rescató a 226 galgos. Los agentes obtuvieron datos de la posible comisión de otros delitos relativos a peleas de gallos, apuestas ilegales o tráfico de animales, según adelantó este diario.

Los detenidos robaron galgos en Cañizo de Campo, Morales de Toro, Castroverde de Campos, Vega de Villalobos, Fuentesaúco, El Pego, Montamarta, Gema del Vino, San Cristóbal de Entreviñas, Torres del Carrizal, Coreses, Cerecinos de Carrizal y Villaescusa, si bien en el juicio de Zamora capital se resolverán los ocurridos en los seis últimos municipios. Las escuchas telefónicas permitieron recomponer el modus operandi de la banda organizaba, con base en Madrid y Toledo, que se desplazaba sistemáticamente a Zamora.