El polifacético bailarín, actor, mimo y coreógrafo británico Lindsay Kemp actúa esta noche en el Teatro Principal dentro de una serie de actuaciones que le llevan a subirse a escenario de múltiples ciudades de España.

-Regresa al Teatro Principal de Zamora coincidiendo con el 28 aniversario de la reapertura del espacio cultural municipal por un deseo manifestado por usted. ¿Por qué?

-En mi memoria guardo con gran intensidad este teatro, un lugar bellísimo donde tuve un contacto muy intenso con el público. La acogida fue extraordinaria. También la ciudad que conocí me pareció una auténtica maravilla. Tenía mucha ilusión por volver a esta ciudad dentro de mis actuaciones por España.

-El espectáculo con el que pisa de nuevo el escenario local conjuga cuentos nuevos y clásicos con danza.

- "Kemp Dances", significa los bailes de Kemp y Kemp baila, lo que es la definición de mi vida. Bailar es vivir en un mundo total y con intensidad. Sobre la escena estamos cinco personas y en esta propuesta recupero danzas del pasado pero siempre hay una progresión. Los números del pasado como Traviata o El Ángel, que son muy conocidos en todo el mundo, tienen también una reinterpretación porque mi hoy varía. Quiero transmitir las emociones que hacen aflorar los sentimientos del público.

-La propuesta ¿cuenta con toques naif, una seña de identidad de anteriores espectáculos?

-Intento ver el mundo con los ojos de un niño, por lo que quizá existe ese toque de ingenuidad pero al mismo tiempo es un toque mágico. Para mí cada artista lo es, en su modo diferente, porque dentro lleva a un niño que le hace ver el mundo con un encanto, como una cosa mágica. Además los espectáculos son autorretratos que explican cómo soy hoy. Muchos de mis personajes con trágicos porque son soñadores que no logran realizar aquello que ansían pero al final el efecto que logro sobre el público es algo catártico que los hace salir con una gran alegría, sintiéndose feliz, sintiendo una celebración de la vida y del amor. También mis personajes son homenajes a algunos de mis grandes héroes, como el bailarín Nijinsky y también hay una onírica identificación con Violetta y Callas en "Recuerdo de una Traviata".

-Muchos de los personajes que encarna implican una transformación.

-Siempre he estado fascinado con el transformismo y me he sentido como un transformista que no tiene un programa intelectual sino que sigue impulsos. Interpreto todos los aspectos del ser humano sin distinción porque cada uno remarca un detalle de la personalidad. Todo individuo tiene en él a un hombre y una mujer, a un ángel y a un diablo.

-Habla de impulsos. ¿Un artista tiene que guiarse por las emociones frente al raciocinio y al mercado?

-Yo soy un artista que cree que el arte es una materia el corazón y de la espontaneidad, de la naturalidad no tanto del intelecto racional. Apelo a la invitación al público a dejarse llevar por la emoción.

-¿Se considera un transgresor?

-Los demás me consideran ello pero yo no lo creo. No me enoja que me lo digan porque es verdad que, por mi carácter, he sido rebelde y soy un rebelde. He nacido en el norte de Inglaterra una zona muy fría y poco artística y nunca he abandonado mi deseo de ser artista. He luchado mucho y lucho.

-Desde su punto de vista, ¿cuál es su principal aportación al mundo de la danza?

-Espero haber influenciado en el mundo de la danza para mirar hacia atrás, hacia las tradiciones de la danza que transmiten emociones. Es posible hacer algo más que con formas abstractas que no conectan tanto con el público.

-Para usted ¿qué ingredientes tiene que tener un espectáculo?

-Las ideas de un espectáculo me llegan de improvisto y luego las exploro. Mi arte está muy conectado con la música. Me sumerjo en la música para crear una puesta en escena, pues en muchos de ellos he planteado una puesta en escena de una ópera. En mis propuestas se habla el lenguaje universal de la música y de la danza, que son lo que mandan el escenario. No pienso qué aspectos puede gustar al público ni puede tener éxito. Solo pienso en aquello que es bello, que es arte.

-Y desde su punto de visto ¿qué es el arte?

-El arte es una visión de la vida mucho mejor, con más belleza con más emoción. Todos tenemos que vivir con las emociones controladas y frente a eso el arte rompe el encorsetamiento de las sociedades.

-Lleva décadas de profesión y me supongo que tendrá alguna espinita clavada.

-No quiero vivir con frustración pero me gustaría haber podido realizar más nuevas creaciones en los últimos ocho años pero como soy un artista que no tiene subvenciones ni apoyos oficiales no he podido hacer grandes creaciones.

-De sus palabras se deduce que la crisis también ha hecho mella en usted.

-Sí absolutamente, siempre he vivido gracias al éxito entre el público que compra las entradas, nunca he vivido gracias a las subvenciones, lo que me ha dado independencias pero cuando se reduce el fondo para la cultura, afecta por igual a todos los artistas.