Se mueven los aspirantes a un puesto de trabajo. Llegan desde donde haga falta con tal de no perder la ocasión que se les brinda cada vez que se convocan plazas, aunque sea en lugares tan alejados de Andalucía o de Valencia como es Castilla y León. El hecho de que los exámenes sean temprano, a las diez de la mañana, obliga a muchos opositores a hacer noche en la ciudad, ya de otra forma no podrían llegar a tiempo a la cita. Y eso se deja notar en la hostelería, ya que necesitan alojamiento y manutención al menos durante una jornada, lo que se nota en una ciudad como Zamora. Cierto que no son las oposiciones de enfermeras o de técnicos auxiliares de enfermería, donde los aspirantes son varios miles, pero bien está que al menos toque algo de una convocatoria de oposiciones que normalmente se queda en sedes de capitales de mayor tamaño, sobre todo Valladolid que tiene la ventaja de ocupar un lugar más céntrico en la Comunidad. La existencia de dotaciones importantes, modernas y con espacio suficiente, como son las del Campus Viriato es un factor que ayuda para poder acoger este tipo de convocatorias. Los hosteleros, desde luego, como señala Óscar Somoza, reciben con los brazos abiertos a los opositores que se distinguen por pedir habitaciones con poco ruido, lejos del ascensor y con mesa de estudio.