La escasez de vacunas contra la meningitis B, un tipo de medicamento que no está financiado por la Seguridad Social ni incluido en el calendario oficial de Sacyl, pero sí está recomendado por la Asociación Española de Pediatría, sigue provocando un continuo peregrinaje de padres y madres que recorren una por una todas las farmacias de la provincia en busca de la preciada dosis. El motivo es que el laboratorio fabricante, Glaxo, de la única vacuna existente en el mercado, Bexsero, sirve la vacuna a cuenta gotas a las farmacias, que no tienen otro remedio que elaborar listas de espera para ir sirviendo a los clientes según van recibiendo existencias.

El presidente del Colegio de Farmacéuticos, Juan Prieto Corpas, explica que la vacuna fue aprobada hace tres años, en principio, en España solo para uso hospitalario. Sin embargo, a medida que se fue generalizando su uso en Europa, incluso incluida por algunos países en sus calendarios de vacunación, España admitió su venta en farmacias. El problema es que el volumen de vacunas autorizadas a Glaxo era pequeño y cuando se permite la venta en farmacias hay que incrementar los lotes. Pero cada lote de este medicamento (biológico), tarda nueve meses en fabricarse y necesita todas las autorizaciones. Total, que el lote se va "liberando poco a poco", explica Prieto Corpas, y a cada zona le llega un número limitado de dosis según parámetros como la natalidad o la epidemiología (es decir, se mandan más por ejemplo, en los puntos donde se haya registrado algún caso de la enfermedad).

La meningitis b es una enfermedad con una tasa de incidencia bajísima, de 0,8 casos por cien mil habitantes, o sea que es muy difícil que un niño se contagie. El problema es que de los que se infectan, un 10% muere y un 30% queda con secuelas. "Es una enfermedad de bajísima incidencia, pero no hay un cero absoluto. ¿Quién le dice a un padre que no vacune a su niño?". De hecho, la Asociación Española de Pediatría recomienda a los padres la vacunación. Eso sí, Prieto habla del "efecto rebaño", por el cual se hay muchos niños vacunados es más difícil que los niños que no lo están adquieran la enfermedad.

El presidente del colegio cree que "hay que rebajar la alarma" porque la vacunación "no es urgente" y lo previsible es que la vacuna vaya llegando para atender a todo el mundo. "Paciencia".