El anciano de 88 años procesado por un intento de asesinato y otro de amenazas a su expareja, con la que convivió durante 27 años, permanecerá ingresado, hasta que se celebre el juicio el 30 de noviembre, en una residencia para la Tercera Edad alejada de la residencia de la víctima en Morales del Vino, localidad en la que tuvo lugar la agresión con arma blanca que causó graves heridas a la mujer el 5 de octubre de 2015.

El imputado, de iniciales A.N.F., para el que el fiscal de Violencia de Género exige 14 años de prisión por el intento de asesinato, al aplicar la agravante de alevosía, fue internado en el centro residencial a instancias de la Audiencia Provincial, que puso tal condición para decretar su puesta en libertad bajo pago de una fianza de 2.000 euros con el objetivo de que no pudiera aproximarse a la denunciante. El Tribunal estableció, asimismo, que el hombre no podrá aproximarse a su excompañera a menos de 200 metros.

Con tales premisas, la Audiencia accedió a la petición del abogado del octogenario, quien se enfrenta para que pudiera abandonar la prisión de Topas, donde permanecía desde el 6 de octubre de 2015. El fiscal de Violencia de Género se opuso a la petición del abogado, al considerar los hechos protagonizados por el anciano muy graves, puesto que la agresión con el cuchillo puso en peligro la vida de la mujer, quien permaneció en la Unidad de Cuidados Intensivos con riesgo de fallecer. En la dureza de su escrito de acusación influyó la frialdad con la que el imputado reaccionó tras ser reducido por un guardia civil jubilado, a quien también hirió, no sin proferir amenazas que fueron escuchadas por los testigos, entre ellos la amiga de su excompañera sentimental, quien utilizó el bolso que llevaba en la mano para proteger a la víctima de otras cuchilladas que el anciano lanzó, según indicaron los presentes, en el intento de asesinato descrito por el Ministerio Público.

El hombre se enfrenta en total a 21 años de prisión, ya que el fiscal, Evaristo Antelo, solicita la una pena de dos años de cárcel por el delito de amenazas de muerte que lanzó contra su excompañera sentimental el mismo día en el que la acuchilló a las puertas de un supermercado, tal y como relataron algunos testigos, así como a otros cinco años por las lesiones causadas al guardia civil jubilado, Antonio Campos, que auxilió a la mujer y logró reducir al anciano para salvar la vida de la mujer.

Por las heridas que provocó al agente, el anciano podría tener que pagar 1.000 euros; y 5.000, por las secuelas que sufre, si la Fiscalía provincial logra que los magistrados de la Audiencia asuma su petición. Para su expareja, cuya vida corrió peligro por las heridas muy graves sufridas en el abdomen y en el cuello, le mantuvieron en estado crítico durante días, el fiscal pide que el imputado indemnice a la mujer con 3.100 euros y le abone 20.000 euros por las secuelas. Al Sacyl deberá pagarle 5.034 euros por la asistencia a la víctima. Además, la Fiscalía de Violencia de Género solicita 24 años de prohibición de aproximarse comunicarse por cualquier medio con la víctima; y 10 años de libertad vigilada, tras cumplir la condena que se le imponga finalmente si resulta condenado a prisión.

Las diligencias, transformadas en sumario, están ya en la Audiencia, que celebrará antes de fin de año el juicio, por lo que los magistrados accedieron a dejar al anciano en libertad bajo fianza de 2.000 euros y con la condición de ingresar en una residencia de ancianos fuera del municipio de Morales del Vino. El anciano ingresó en la cárcel al día siguiente de la agresión.

Los exámenes de los forenses indican que el hombre actuó en perfectas condiciones mentales, sin sufrir ningún tipo de perturbación que pudiera servir como atenuante de su conducta agresiva. Los días previos al ataque, según se supo en las primeras horas, el octogenario había comprado el cuchillo que utilizó para intentar poner fin a la vida de quien había sido su pareja sentimental durante casi tres décadas.