Dicen que tener sexo en Zamora no es pecado, es milagro. Y es que la "Perla del Duero" pasa por ser uno de los feudos más amarrateguis para encontrar el amor en el encuentro físico. Ojo, no es cátedra, sino las sempiternas conclusiones de cuantos estudios se han hecho en España sobre dónde es más fácil o más difícil ligar. Que si hace frío, que si llueve, que si vaya pereza salir de casa... No apetece. Que si me conoce todo el mundo, que si me van a llamar buitre, que si verás mañana en la oficina... No apetece. Que si no tengo un duro... No apetece. Pero la humana necesidad de relacionarse con el prójimo ha hecho evolucionar una serie de técnicas que han terminado por convertirse en el Amor 2.0. Herramientas como Tinder o Grindr, páginas web como Meetic o Adoptauntío o simplemente el Whatsapp como elemento de cortejo ayudan cada vez más a que los zamoranos y zamoranas encuentren a su media naranja.

Que las técnicas de ligar han cambiado es un hecho indiscutible. Esas verbenas de verano -y de invierno- donde había que atacar a base de pedir pieza son ya parte de la historia. Salvo en San Pedro. Ahora el Tinder está a la orden del día. Esta herramienta, que muchos consideran el mercado del sexo, se ha convertido en un "must" para todos aquellos solteros y solteras que quieran dejar de serlo. O no. Pero, ¿por qué ese auge de las nuevas tecnologías para encontrar pareja?

La respuesta puede estar en los problemas que los zamoranos y zamoranas experimentan a la hora de interactuar en público. Así lo desvelan, al menos, los resultados de un estudio elaborado entre las universidades de Valladolid y Granada sobre la ansiedad en los adultos universitarios y las diferencias entre comunidades autónomas. El informe final revela que los castellanos y leoneses tienen muchas dificultades de interacción con desconocidos y un mayor grado de expresión asertiva de molestia, desagrado o enfado. Razón por la cual, quizás, las herramientas para ligar fuera del tradicional cara a cara hayan alcanzado la máxima expresión en la provincia de Zamora.

No obstante, ¿son las herramientas online el maná de las relaciones? Pues resulta que tampoco. El "síndrome del check azul" acecha en cada esquina y puede resultar peor el remedio que la enfermedad. Es decir, que por ansiedad se prefiera ligar a través de Internet, pero ese maldito "(escribiendo...)" termine por causar un peor estado de conciencia. Los psicólogos aseguran que ese iconito de Whatsapp se ha convertido en un modo de controlar quién nos lee, cuándo nos lee e incluso si nos están ignorando o no, lo que degenera en "dar por hechas cosas que no son cien por cien seguras".

¿Y qué hay que hacer para tener éxito en este tipo de aplicaciones o herramientas para encontrar pareja? Pues, en principio, algo bastante simple: ofrecer una buena foto. La imagen de perfil importa y mucho. Es lo primero que se mira. En muchas ocasiones, lo único que se mira. Basta simplemente un mal gesto, una mala pose, una mala vestimenta o una mala actitud para que las aspiraciones de no dormir solo esa noche se esfumen. Un estudio elaborado por psicólogos de la Universidad de Hertfordshire (Reino Unido) recomienda colgar una foto en la que no se aparezca ni sonriendo ni mirando a la cámara. De este modo, hay un 20% más de probabilidades de comenzar una conversación.

Ligar online está a la orden del día y Los Herreros ya no son el mejor escenario para intentar encontrar pareja. Ahora bien, según los expertos, esos bares sí que pueden ser el lugar ideal para seguir conociendo a la persona que hay detrás de la foto de Tinder. Y es que "ni interné ni interná". Dos cervezas, una barra y la noche, que siempre es joven.