Vecinos del Casco Antiguo de Zamora han denunciado públicamente "el lamentable estado de algunas de las calles, plazas y parques del casco histórico de nuestra ciudad. Después de las jornadas de botellón que se celebran todos los fines de semana y vísperas de festivos, el estado en el que quedan los lugares escogidos, y zonas colindantes, por los incívicos es deplorable".

Este fin de semana tampoco ha sido una excepción y una vecina denunciaba cómo había amanecido tanto la zona del mirador de San Cipriano como el parque de San Martín. "Especialmente preocupante me pareció ver botellas de cristal, algunas rotas, donde habitualmente juegan niños pequeños", explica una vecina.

Los moradores de la zona se preguntan que "si el botellón esta prohibido, ¿Por que se sigue permitiendo en Zamora sistemáticamente? ¿Por que se permite que multitud de gente incívica deje nuestras calles, plazas y parques en ese estado con los riesgos que ello conlleva? ¿Es la imagen que queremos proyectar de nuestra ciudad? ¿Por que el consistorio no hace nada? Todavía recuerdo las caras de asombro e incredulidad de un grupo de turistas cuando vieron semejante estampa".

Efectivamente, la práctica del botellón tiende a practicarse en las plazas y miradores del Casco Antiguo por ser una zona con amplios espacios libres y relativamente pocos habitantes. Sin embargo nadie se ocupa de recoger los restos de la fiesta, compuestos fundamentalmente por bolsas de plástico y botellas del mismo material y de cristal que permanecen abandonadas sobre bancos y jardines.

Sin duda el botellón más famoso es la macroconcentración de jóvenes de las madrugadas del Jueves al Viernes Santo en la zona de San Martín, donde son miles las personas que se dan cita para disfrutar de la fiesta. El Ayuntamiento no se propone prohibirlo, aunque sí adopta medidas para intentar minimizar las molestias, mediante la organización de un servicio de recogida a la mañana siguiente y la dotación de medios como los servicios portátiles. Sin embargo, los botellones que se producen durante todos los fines de semana carecen de estas medidas de control y limpieza, por lo que la suciedad permanece durante horas en estos espacios. Es precisamente la queja que expresan los vecinos del Casco Antiguo, una de las zonas más afectadas por el fenómeno.