La licitación de la obra del cambiador de ancho de vía de Pedralba de la Pradería establece un plazo de ejecución de trece meses para realizar la obra, lo que certifica que la llegada del AVE a Sanabria es materialmente imposible que se produzca en los plazos anunciados por la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor, en la visita inaugural de la alta velocidad a Zamora que habló de finales de 2016 como el plazo para el avance de la línea hasta Sanabria.

Si ADIF, como publicó este diario el pasado sábado, acaba de aprobar la licitación del cambiador, hay que esperar un plazo para que se presenten ofertas, proceder a la adjudicación de la obra que además tiene un plazo de ejecución superior al año. Con estos plazos, incluso se pone en solfa que se pueda cumplir el compromiso de que la alta velocidad ferroviaria llegue a Galicia en 2018.

Si el viernes ADIF anunciaba la aprobación de la licitación de la obra del cambiador de ancho un día antes, el jueves, salía en el Boletín Oficial del Estado la licitación de la asistencia técnica para las obras de construcción del cambiador de ancho de Pedralba, que se prevé sea adjudicado en enero de 2017, con un plazo de ejecución de catorce meses, es decir, ya iniciado 2018.

El cambiador de anchocambiador de ancho es importante porque es el elemento que permite al Alvia circular por la vía de alta velocidad entre Madrid y Sanabria y proseguir luego viaje a Galicia por la vía convencional y viceversa. Como ocurre ahora mismo en Zamora capital, sin la pieza clave del cambiador de ancho ningún tren podría utilizar la línea de alta velocidad.

Algunas fuentes publicadas por la prensa gallega son más optimistas y consideran que el plazo para poner en funcionamiento el cambiador de ancho podría acortarse de tal forma que empezase a funcionar esta primavera. Según esas fuentes de ADIF el resto del plazo de ejecución sería para controlar su correcto funcionamiento. Sin embargo hay que tener en cuenta que se trata de una obra importante, con casi 7,8 millones de euros de inversión y que se ejecuta no solo el cambiador propiamente dicho, como fue el caso de Zamora capital, sino los ramales de vía de entrada y salida. Además en este mismo lugar está pendiente la construcción de un paso elevado de la vía convencional, con un plazo de ocho meses, que debe estar listo antes de la entrada en servicio del cambiador de ancho.

Pero es que además del cambiador, todo el tramo de 111 kilómetros entre Zamora y Pedralba, una localidad situada muy cerca de Puebla de Sanabria está aún pendiente de terminar las obras de plataforma, ya que faltan por rematar algunos túneles y viaductos. Aunque ya se han adjudicado contratos, todavía no se ha hecho la base de montaje de La Hiniesta, ni se ha empezado a extender el balasto, colocar las traviesas, montar las vías ni tampoco la electrificación, aunque ésta ya tiene listos algunos postes del tendido básico.

Cierto es que si hay dinero todos estos trabajos se pueden ejecutar muy rápidamente. Un ejemplo está en el montaje de la vía entre Medina del Campo y Zamora, que se hizo en unas pocas semanas. A una velocidad de cuatro kilómetros de vía montados al día en poco más de un mes se podría tener listo todo el tramo hasta Pedralba.

Sin elecciones a la vista y con las exigencias de Europa de reducir el déficit no parece sin embargo que la coyuntura sea demasiado propicia para quemar etapas.

Y desde Pedralba a Galicia queda aún mucha obra por realizar, en el trazado ferroviario más complicado del país por la cantidad de túneles que lo jalonan. Y está pendiente, ya en la vecina provincia, el conflicto de la entrada a Orense capital, un trazado que ha tenido muchos problemas y que está aún pendiente de la aprobación medio ambiental. Seguramente haya que establecer una solución provisional desde Taboadela.