Economista, historiador y diplomático, Ángel Viñas atesora una brillantísima y polifacética carrera a sus espaldas. De cualquiera de esas disciplinas podría sentar cátedra gracias a sus innegables dotes de conversador. El destino decidió esta semana que la visita del profesor madrileño a Zamora tuviera como fin pronunciar una conferencia en las jornadas organizadas por el Instituto Florián de Ocampo para "desmitificar" algunas realidades asumidas durante décadas sobre la guerra civil, Franco y la dictadura. Antes de abordar aspectos como la "falsa" habilidad del general como estadista, Ángel Viñas toma asiento en uno de los cómodos sofás del Parador y revela, a modo de anécdota, que viste pajarita desde 1961, cuando acudió a Berlín para presenciar la construcción del Muro. "Solo la he dejado de llevar en dos ocasiones desde entonces. La primera, cuando salí corriendo de casa en Washington hacia la sede del FMI y se me olvidó. La segunda fue cuando murió Franco. Se decretó luto nacional y la pajarita negra solo la llevaban los camareros".

-Esta semana ha contado en Zamora que Franco no fue ni un César ni el Napoleón español para "derribar" su fama de buen estratega. ¿Qué otras falsas verdades hemos asumido como realidades ciertas sobre el dictador?

-A Franco siempre se le ha pintado como un hombre sumamente austero, pero el general se hizo millonario gracias a la Guerra Civil.

-No creo que mucha gente lo sepa?

-¿Y qué quiere que yo le haga? Lo único que se me ha ocurrido es escribirlo y publicarlo en un libro. Francisco Franco se hizo rico como demuestra el Archivo General de Palacio, donde se conserva una desconocida sección de donativos dentro del Cuartel General, bajo férreo control militar. El dictador se ocupaba de recibir donativos y de redistribuirlos. A lo largo de la guerra, Franco dio muchas compensaciones a sus generales, aunque no se conservan todas las listas. En las que sí han llegado hasta hoy, aparece un registro que refleja que a cinco generales se les envían 10.000 cigarrillos de una sola tacada. Yo me pregunto: ¿es que Franco quería extender el cáncer entre sus generales? Nada más lejos. La verdadera respuesta es que había un importante mercado negro y esto era una pequeña corruptelilla. En esa cuenta de donativos?

-No me diga que había una "contabilidad b"?

-En efecto, una "contabilidad b". A lo largo de la guerra, esos fondos dan unos frutos. Terminada la contienda, Franco y sus muchachos van recopilando los saldos en ciertas cuentas y se pasan a otras cartillas a nombre del general.

-¿Y eso aparece tal cual?

-Pues sí. Franco empieza a detraer recursos de las múltiples suscripciones que se abrieron en la época hacia el 23 de octubre de 1936. Lo hacen jefe del Estado y caudillo el uno de octubre y tres semanas más tarde comienza a recibir dinero. En total, Franco termina la contienda con unos saldos del orden de 32 millones de pesetas de la época, que equivalen aproximadamente a unos 380 millones de euros en capacidad de compra actual.

-¿Qué otros mitos ha querido derribar con su trabajo de divulgación?

-Siempre se ha dicho que Franco, gracias a su genio y a su clarividencia, auxiliado por el Espíritu Santo, mantuvo a España al margen de la II Guerra Mundial.

-La famosa neutralidad?

-Sí, la "no beligerancia". Evidentemente, España no entró en el conflicto, excepto por la puerta trasera de la División Azul. Lo que ocurre es que no fue así. Hubo dos razones esenciales: Hitler no tenía demasiado interés en que el Estado español entrara en la guerra. Le hubiera gustado, pero no era una prioridad para el Reich. Tampoco pensó invadir España. El segundo motivo es la política británica, que manejó muchas cartas. Basaba su estrategia en el manejo de una "supersecreta" de la que se empezó a conocer algo desde 1986. Lo dijo un amigo mío, Denis Smith, en un libro que nunca se tradujo al castellano. El hecho es que los ingleses a través de Juan March derramaron un montón de dinero sobre miembros del Gobierno español?

-Pero usted ha hablado de muchísimos millones de pesetas?

-Muchos, sobre todo si se traslada a los términos actuales. En total, fueron algo más de seis millones de libras. Puede parecer una cantidad normal, pero si se tiene en cuenta que una casa buena en Londres costaba 1.500 libras, se puede hallar el valor en número de viviendas? A través de una serie de coeficientes, validados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Unión Europea y el Instituto de Estadística Británico, he hallado la cuantía actual. La cifra mínima pueden ser unos 400 millones de euros, pero la máxima son más de mil. Y ahora viene la hipótesis. Estos caballeros tienen mucho dinero en cuentas en el extranjero que no pueden declarar. Tienen dos opciones: o lo dejan en el extranjero o lo traen para acá y lo blanquean. Y lo tienen que blanquear como lo hace Bárcenas, por medios ilegales. ¿Cuáles podían ser estos?

-¿Una galería de arte?

-No? (ríe). Podía ser, por lógica, que hubieran comprado pesetas al tipo oficial del cambio de la libra en el mercado libre de Tánger. Es una posibilidad. Pero hay otra. El ejemplo es una operación que yo he llamado "Navíos", en la que Juan March importa productos británicos, con el conocimiento expreso de Franco y la autorización formal del Consejo de Ministros, y se les permite vender una parte de ellos en el mercado negro. Así, además, habrían ganado mucho más con la operación.

-¿Cuál es para usted la mayor mentira que se ha contado de la Guerra Civil?

-La mayor mentira es decir que la contienda fue inevitable.

-Es decir, que fue "evitable"?

-Por supuesto. Sin embargo, una parte de los militares y una parte de la derecha española no quiso.

-Se ha hablado mucho, quizá fantaseado, sobre la relación de Franco con Hitler. Muchos han asegurado incluso que el general se plantó ante el dictador alemán en el famoso encuentro de Hendaya?

-¡Franco qué se va a plantar?! Todo eso es mentira. Estaba muerto de miedo? aunque no era idiota. Se puede decir del dictador lo que se quiera: que era un asesino, que no era ilustrado? pero lo que no se puede ni se debe decir es que era idiota. Y tampoco se puede aseverar que tuviera una importante vocación para hacerse el "harakiri".

-Le he escuchado decir que Franco era más "nazi" de lo que se podía pensar.

-Desde la propia guerra civil, Franco tenía una especie de subyugación por los éxitos militares nazis y por los triunfos de la dictadura alemana, por el hecho de machacar al movimiento obrero, a los comunistas, a los judíos, a los masones? a todo el mundo. Y Hitler lo hace de una manera que el dictador español le profesa admiración.

-¿Y qué pensaba Hitler de Franco? ¿Lo tenía en cuenta?

-Para Hitler Franco es un "pobre desgraciado" en un país que no pinta nada. Le ayuda, no por razones intrínsecas, sino por dos motivos: uno geopolítico y geoestratégico y otro, ideológico. Los primeros siempre me han parecido los más importantes. En julio de 1936, Hitler atraviesa un periodo de indecisión. Acaba de conseguir una serie de éxitos impresionantes en política exterior, ha conseguido que se le reconozca la paridad de los esfuerzos de rearme, ha ocupado y remilitarizado Renania... pero no se sabe cuál va a ser el nuevo triunfo. En ese preciso instante, tal y como se recoge en unas notas confidenciales de un periodista popular en Alemania, se presenta la demanda de ayuda de Franco. A Hitler ni le suena el nombre del militar español, pero tiene claro que esto le puede ayudar a terminar con el primer enemigo a batir para conseguir la hegemonía continental: Francia.

-Zamora acaba de estrenar una exposición de Saura titulada "España, años 50". El cineasta participó en un movimiento intelectual para dar a conocer el país en aquella época aprovechando, según constatan, un cierto aperturismo del régimen franquista. ¿Está de acuerdo en que este cambio se llega a producir?

-La verdadera apertura llegó más tarde. La maniobra que se produjo en esa época fue muy limitada y controlada en términos políticos y de relación con el exterior. Franco había firmado los pactos de Madrid con Estados Unidos en 1953 y se sentía seguro. La gran potencia occidental le había dado el abrazo.

-¿Cómo fue la relación del dictador con Cataluña?

-Franco es un militar español, nacionalista, antisecesionista? la relación fue fría, con el consentimiento y la complicidad de la alta burguesía catalana.

-¿Qué le parece el reciente derribo de la estatua de Franco expuesta en el Born Centro de Cultura y Memoria de Barcelona?

-Me parece que es un hecho que se ha sobredimensionado. Yo no le doy ninguna importancia, aunque se le puede otorgar toda la que se quiera.

-¿Qué cree que debe hacer el Gobierno con el Valle de los Caídos?

-En el último Gobierno de Rodríguez Zapatero se montó una comisión que elevó un informe precisamente para esto. En primer lugar, creo que se debería llegar a un entendimiento con la Iglesia católica para que de esa basílica, sobre la que pesa el derecho romano, desapareciesen las tumbas de Franco y José Antonio. Eso, de entrada.

-En lo que se refiere a la recuperación de familiares, la Ley de Memoria Histórica se ha estancado, ¿qué es lo que ha pasado?

-Lo que el Gobierno del Partido Popular ha hecho, y tendrá sus razones, es vaciarla de contenido, no dotarla de los medios financieros suficientes para proseguir las labores de exhumación.

-Como reflexión final, ¿se ha contado bien en España la Guerra Civil?

-No hay un relato con el que se sienta mínimamente identificada el conjunto de la sociedad española. Los historiadores hemos hecho nuestro deber, que es narrar, analizar y escribir lo que pasó. Y es cierto que hay desencuentros entre nosotros, cosa que es muy legítima y sucede también en Estados Unidos sobre la Guerra de Secesión.

-Como historiador, ¿piensa que lo que ocurrió en la Guerra Civil, aquello de las "dos Españas", tiene todavía hoy su reflejo en la sociedad actual?

-Nunca hubo dos Españas, eso es otro mito. Hay dos "Francias", dos "Italias", dos "Alemanias"? y en ese sentido sí que las habría, ¿y qué? Es una tontería. Hay un movimiento pendular de reforma y reacción que se da en España como en otros estados.