«¿Igualdad? Sí, pero...». En ese «pero» reside la clave. Un«pero» que implica la brecha salarial entre sexos, la necesidad de demostrar más para llegar a menos y las barreras mentales y sociales que a veces anteponen el papel de madre y pareja a la carrera profesional, poniendo a la mujer contra las cuerdas. Estas cortapisas que separan la igualdad de facto de la igualdad virtual fueron las que pusieron ayer sobre la mesa cuatro mujeres zamoranas en el seno del I Foro de la Mujer organizado por la OPA y el Foro Empresarial Zamorano bajo la batuta de Luis Rodrigo. La jueza Ana Descalzo, la deportista Laura Pedruelo, la médico Cruz Pérez y la política Mayte Martín Pozo se convirtieron en reflejo de carne y hueso del panorama zamorano en sus ámbitos.

La magistrada destierra la imagen de «juez hombre, serio y mayor, porque también somos y estamos mujeres más jóvenes y modernas». Reconoce que «tenemos todavía que dar muchos pasos para lograr la igualdad efectiva» consciente de que, en la carrera judicial, «nos ha costado más demostrar que somos igual de válidas que nuestros compañeros». No obstante, constata que en Zamora «cada vez vemos a más mujeres en el ámbito judicial», de hecho, en la Audiencia Provincial de Zamora «estamos mi compañera Esther González y yo junto a dos hombres». En una profesión en la que el 70% de las personas que salen de las universidades son mujeres, «yo no veo desigualdades en sueldos, pero sí a la hora de promocionar a los puestos directivos porque hay que demostrar más». Pese a todo y, frente a la idea de la paridad, reconoce no ser partidaria de ella: «Yo no creo en las cuotas, creo en la valía profesional de las personas por motivos de méritos y capacidad en condiciones de igualdad».

La política es otro de los ámbitos donde una mujer requiere de vocación absoluta. Así lo ratifica Mayte Martín Pozo, presidenta de la Diputación de Zamora: «No es nada fácil y se lleva adelante a base de horas, gestion y tiempo, ya que la dedicación es clave y el tiempo que quieres dedicarle a tu familia no siempre es el que puedes darle». En cualquier caso, es consciente de que «muchas veces somos nosotras mismas las que nos echamos la carga a las espaldas» y defiende por encima de todo «la corresponsabilidad» a la hora de llevar el peso de la casa. Deja claro que «no hablamos de ayuda sino de compartir tareas» y añade una tercera pata a la conciliación: «Hay que compatiblizar la vida laboral y familiar, pero sin olvidarnos de la personal». Gran conocedora de la mujer rural debido a su condición de presidenta de la Diputación, Martín Pozo asume que «tienen un plus de complicación que las del medio urbano», si bien no obvia la otra cara de la moneda, en referencia a «las ventajas que ofrece esa otra realidad geográfica». Su compromiso con la mujer rural se materializó en su discurso del pasado Día de la Provincia, donde prometió duplicar las ayudas al emprendedurismo con especial miramiento en la mujer rural.

Otra de las profesiones donde la conciliación se hace especialmente dura es la de médico. Prueba de ello es la especialista en Otorrinolaringología del hospital Virgen de la Concha Mari Cruz Pérez, que reconoce sin paliativos que «la carrera de médico es de por sí sacrificada porque el trabajo te lo llevas a casa y tienes que quitarle tiempo a tu familia». La médico zamorana, con dos hijos, expone que «a veces llegas tarde y tienen que depender de ti para hacer planes, y eso es difícil pero acabas asumiéndolo, tanto uno mismo como la familia». Por el contrario, en cuanto a diferencias en el escalafón a la hora de promocionar y acceder a puestos directivos, Pérez Liedo reconoce que «en mi caso no me he encontrado con estos problemas, aunque sé que los hay». En lo que se refiere a su radiografía personal de la situación «en mi equipo hay más mujeres que hombres y la jefa de servicio es una mujer».

La piragüista de alto nivel Laudra Pedruelo ofrece una visión diferente desde su condición de mujer más joven y sin cargas familiares. Su principal óptica está enfocada hacia la figura femenina de la mujer en el deporte, donde «se sigue valorando más una victoria deportiva de un hombre que de una mujer, incluso a nivel institucional y promocional». En este sentido, «hasta que no llegas al auge no se te reconoce». Ante esta situación que da pasos adelante pero que aún conserva resquicios añejos, la palabra clave está en «la educación», sopesa Pedruelo, para quien «hay que incentivar a las niñas desde pequeñitas para que hagan deporte y sepan que pueden conseguir lo que quieran», razona.

La mesa redonda, además de poner sobre la mesa las principales inquietudes de la mujer, sirvió también de antesala para celebrar al IV Foro Empresarial convocado cada año por la OPA de la mano de Luis Rodrigo, que se celebrará en el Ramos Carrión tras la cesión del espacio materializada ayer entre Martín Pozo y Rodrigo, según confirmó este último.

El colectivo trata de «resaltar el trabajo de la mujer en cada uno de sus ámbitos, en este caso, la política, la medicinal, la justicia y el deporte», a la vez que tiende la mano a todos los colectivos «para generar propuestas que pongan en marcha la creación de trabajo de la mujer y la reivindicación de sus derechos en el marco de la igualdad», incidió Luis Rodrigo.