La funcionaria a la que el exjefe de control de pensiones del INSS habría falsificado la firma testificó ya en el Juzgado que investiga la causa desde hace cuatro meses, cuando las diligencias abiertas por la Brigada de Delincuencia Económica y Fiscal pasaron disposición del juez.

El acusado se habría hecho con la firma de su compañera de trabajo, la más próxima a él en las tareas laborales, a quien, según se ha dicho, llegó a solicitar que le hiciera un certificado de videncia, un documento utilizado por el INSS hace años y ya en desuso, lo que llegó a llamar la atención de la trabajadora, pero que en la confianza que tenía en su jefe habría emitido.

El investigado habría presentado el documento también en el banco en el que su padre, ya fallecido desde 2010, cobraba la pensión, al objeto de impedir que cancelaran la cuenta en la que el INSS ingresaba la paga mensual.

El exfuncionario llegó a percibir ingresos superiores a los 40.000 euros al año por las prestaciones por jubilación de su progenitor en los años en los que ya había muerto y él mantuvo la farsa de que seguía con vida para continuar cobrando del Estado, al igual que hiciera durante años con su abuelo después de su fallecimiento.