Hasta catorce zamoranos sufrieron intoxicaciones por monóxido de carbono en el último invierno en el interior de sus viviendas. La provincia es la tercera de Castilla y León en mayor número de incidentes registrados, con Salamanca a la cabeza, donde se registró una veintena, y seguida de León, con dieciocho casos. Los datos, recogidos por la agencia Ical, ponen de manifiesto que la vuelta al brasero para fomentar el ahorro doméstico se esconde detrás de la mayoría de los casos. En este sentido, la pobreza energética constituye un factor clave dado que, según apuntan desde Protección Civil, la mayoría de los avisos recibidos en relación a estos incidentes tiene una causa directa en la acción de estufas o braseros en las viviendas.

Durante el pasado año, los incidentes cayeron un 30% en Castilla y León y el número de fallecidos descendió de ocho a uno, este último, en un suceso ocurrido en Soria.

Ante la inminente llegada del frío, Protección Civil advierte sobre el monóxido de carbono, un gas tóxico que se caracteriza porque es inodoro, incoloro e insípido, por lo que no se puede detectar con los sentidos. La causa más frecuente de las intoxicaciones es la mala combustión en aquellos sistemas de calefacción que funcionan con combustibles vegetales como son el carbón, la leña, el cisco o los pellets de madera, ya sean braseros, estufas u hornos de leña. A ellos hay que añadir el mal funcionamiento de las instalaciones domiciliarias de gas, como son los calentadores.

Según trae a colación la agencia Ical, la Agencia de Protección Civil de Castilla y León insiste en las medidas de autoprotección generales para evitar estos sucesos, con especial acento en "mantener las estancias ventiladas mientras se utilizan los braseros o elementos similares y no introducirlos en dormitorios cuando se va a dormir, dado que el monóxido no se percibe debido a sus características". Ante la dificultad para su detección, los equipos sanitarios van provistos de detectores para no poner en peligro su vida cuando acuden a una intervención.