"Casas de tejado de paja, algunas sin ventanas, en las que dormían hombres con animales, calles embarradas sin higiene alguna, carretas de bueyes medievales, mujeres de negro con el pañuelo a la cabeza... Cuando llegamos acababan de inaugurar la luz eléctrica". Corría el año 1954 y así describía Carlos Saura su primer contacto con los pueblos de la comarca de Sanabria que, sin saberlo, sufriría una de las mayores catástrofes del país solo cinco años después. En aquellas calles desnudas se forjó el Saura fotógrafo. Los mejores catorce trabajos del reconocido cineasta son los protagonistas de la muestra "España, años 50", que se abre mañana en La Alhóndiga a las 18.00 horas.

El propio autor -que también este jueves abre el Club de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA (20.00 horas)- acudirá a la apertura de la exposición que patrocina Caja Rural de Zamora y organiza el Ayuntamiento de la ciudad. Será un momento especial para el autor. Podrá comprobar la reacción de los zamoranos ante el retrato de aquella Sanabria mísera que rápidamente le devolvió la memoria al tremendo, desolador, documental "Las Hurdes, tierra sin pan" de Luis Buñuel.

Y aunque la montaña sanabresa sea el argumento capital de la muestra, el espectador disfrutará del conjunto del trabajo, reflejado en unas noventa instantáneas. La España de los años cincuenta, la que comenzaba a respirar tras la traumática Guerra Civil, era también la de las fiestas populares, los toros, la Semana Santa o, simplemente, la de las gentes. Saura inició el trabajo en Cuenca, a donde su familia se trasladó por la enfermedad de su hermano Antonio, y después recorrió "Castilla" y "Andalucía", título de dos de las series más importantes de la exposición.

Los trabajos de Saura se enmarcan en el interés de fotógrafos de casa y de fuera por descubrir la España que había permanecido clausurada desde las primeras décadas del siglo XX. Retratistas españoles como Ramón Masats, Català-Roca o Joan Colom firmaban con la cámara el acta de un país que sería profundamente trasnformado durante la Transición. Eugene Smith, Henri Cartier-Bresson o Inge Morath se recorrieron el país para difundir en el exterior algunas tradiciones que el mundo recibiría boquiabierto, como la Semana Santa.

Pese a la miseria, el hambre y la falta de desarrollo, Carlos Saura logró transmitir una mirada optimista. La de un pueblo que, frente a las dificultades, no escatimó esfuerzo y empeño en cambiar la dura realidad con la que se levantaba cada mañana.