Francisco Luis Centeno es uno de los miembros del comité organizador de la V edición de la Jornada de reflexión sobre los Cuidados Paliativos, que se celebra el 14 de octubre en el Consejo Consultivo de Zamora.

-¿A quién va dirigida la jornada?

-A todos los grupos profesionales que están implicados en la atención del paciente paliativo: médicos, enfermeras, psicólogos, trabajadores sociales, auxiliares de enfermería, todos los que trabajan con las personas con una enfermedad avanzada.

-¿Qué aporta esta Jornada a los profesionales?

-Lo que pretendemos con las jornadas y las reflexiones pretendemos sensibilizar sobre la existencia de situaciones de fin de vida. Habitualmente no se manejan bien y es necesario sensibilizar a la gente que trabaja con este tipo de pacientes para que el desempeño de su labor sea lo más sensible y eficiente posible. Para eso lo primero que hay que hacer es estar bien formado. Nosotros, con las jornadas año tras año pretendemos estimular la sensibilidad hacia estas situaciones, pero preconizamos que uno atiende bien cuando tiene una formación para este tipo de asistencia. Entonces, la base de todo esto es una buena formación de todos los profesionales.

-¿Hasta qué punto?

-Depende de la implicación, de la dedicación y del nivel de asistencia tendrán que tener una mayor o menor formación. De hecho situaciones de fin de vida, de pacientes terminales las vemos en todos los ámbitos, en Atención Primaria, en residencias, en hospitales y en domicilios. Depende de la complejidad, así requeriremos la formación. Todos los profesionales debemos tener una formación básica y a medida que la complejidad de los pacientes va aumentando necesitaremos una formación más avanzada y específica. Imagínese a alguien con un problema cardiaco: a lo mejor el médico de cabecera lo controla bien, pero cuando se complica, pedimos una consulta al especialista en cardiología. Esto es lo mismo: cuando alguien atiende el fin de vida con un nivel de complejidad bajo a lo mejor es suficiente con una formación básica. Y a medida que la complejidad va aumentando vamos necesitando gente más especializada.

-¿Qué se requiere para contar con una formación avanzada?

-Lo primero que Cuidados Paliativos sea una materia que se integre en los estudios básicos, en la carrera de Medicina, en la de Enfermería o Psicología, que haya una asignatura que nos abra las puertas a este campo de actuación. Y luego que exista una especialización en medicina paliativa, enfermería en Cuidados Paliativos. Porque solo cuando hay una buena especialización habrá una buena atención, sobre todo en los casos complejos.

-Ha habido, y sigue habiendo, cierto debate sobre cómo abordar el final de la vida en los casos de sufrimiento del paciente, con aspectos como la sedación. Pero no sé que frenos hay para que haya una especialización formal o reconocida de esta especialidad.

-Mi opinión personal es que uno de los frenos está en los propios profesionales que, muchos, no consideran los paliativos como una necesidad. En segundo lugar están las administraciones, que dan por supuesto que todo el mundo sabe hacer cuidados paliativos y es mentira. Y tercero, el Ministerio, que no quiere reconocer la especialidad. No entiendo por qué, cuando los Cuidados Paliativos está demostrado que son eficaces y sobre todo eficientes, porque garantizan cuidados con poco dinero.

-Usted forma parte de una Asociación para el Desarrollo de los Cuidados Paliativos. ¿Qué objetivo tiene?

-La Asociación nace en el año 2006 y la crean una serie de médicos y enfermeras con formación en Cuidados Paliativos y con sensibilización hacia ese campo. Empezamos a reunirnos y decidimos hacer unas primeras jornadas para divulgar y difundir este tipo de atención. Se hacen en la Fundación Rei Afonso Henriques y las primeras son con Portugal, de hecho se llaman Jornadas Castellano Leonesas Lusas de Medicina Paliativa. Este grupo lo que hace es divulgar y dar a conocer que existen este tipo de cuidados. Se encarga también de formar a profesionales a demanda. Organizamos como mínimo unas jornadas anuales, que el año pasado planteamos junto con la Asociación Castellano Leonesa de Cuidados Paliativos. Y siempre intentamos que caigan por estas fechas, coincidiendo con la conmemoración del Día Mundial de los Cuidados Paliativos, el día 8, o alrededor de esa fecha.

-¿Qué significa la formación de profesionales a demanda?

-Por ejemplo el colegio de enfermería de Ávila nos ha solicitado, o la Gerencia de Servicios Sociales también nos pidió hace unos años formación para los médicos de sus residencias.

-En el programa de este año hay una primera mesa redonda que se titula ¿Hacia dónde vamos?

-Se trata de conocer la realidad y las posibles expectativas en torno a este tipo de asistencia, ver qué se cuece tanto aquí en nuestra provincia, la Comunidad y a nivel europeo. Y sobre todo contar con los portugueses, porque han empezando más tarde que nosotros pero se han puesto las pilas y están avanzando muchísimo más. Ellos sacaron ya el año pasado la capacitación en Medicina Paliativa, y en todo Portugal nos han reconocido a 42 médicos, entre los cuales me encuentro. Y en una reunión en la que estuve en Portugal han avanzado que para 2017 Cuidados Paliativos va a ser una especialidad, no solo un área de capacitación, a nivel de medicina y posiblemente de enfermería.

-Dedican otra sesión al papel de la enfermería.

-Si, porque es fundamental. Las enfermeras son las que están a pie de cama y las que más detectan los problemas de los pacientes. Es primordial la labor que desempeña enfermería.

-Llama la atención el apartado que dedican a la "desprescripción". ¿Qué es eso?

-Se refiere a cuando hay que plantear la retirada de tratamientos. De todo tipo, desde farmacológicos hasta interconsultas con otras especialidades. El doctor Daniel Ramos, que lleva uno de los equipos de soporte de Valladolid y yo vamos a ser los que tratemos el tema de cuáles son las dificultades con las que nos encontramos ante la retirada de tratamientos. Dificultades sobre todo con el paciente y los familiares. Por ejemplo, en un paciente diabético, los familiares te preguntan que cómo le vas a retirar la insulina, qué va a pasar con su diabetes...

-¿Cómo se resuelven estos conflictos?

-Sobre todo con la comunicación entre profesional, paciente y familia.

-La última sesión se dedica a las ciudades compasivas. ¿En qué consisten?

-Hay una fundación, New Healt, que nace de la mano del doctor Emilio Herrera, que fue quien implantó los Cuidados Paliativos en Extremadura, una de las comunidades que pasó de cero a cien en muy poco tiempo. Pasó de no tener recursos a ser una de las comunidades donde están más desarrollados y adecuados a este tipo de asistencia. Lo que están promulgando es que todos tenemos que apoyar situaciones complejas de cuidados. Es decir, que nos preocupemos por lo que le pasa al vecino y haya una red de voluntariado que preste apoyo sus conciudadanos en esas situaciones de final de la vida. Porque esto no es sólo un asunto para profesionales, sino que toda la sociedad debe estar implicada. Una ciudad compasiva es cualquier comunidad en la que entidades, asociaciones y ciudadanos se implican en los cuidados y acompañamiento de personas con enfermedad avanzada y se comprometen a poner en marcha iniciativas destinadas a cubrir las necesidades.