El Patronato de Turismo de la Diputación Provincial y los grupos de Mascaradas de Zamora colaboran en la búsqueda de materiales y proveedores ante la singularidad de los trajes y la dificultad para encontrar artesanos que confeccionen este tipo de antruejos. El vicepresidente del Patronato de Turismo, José Luis Prieto Calderón, se retrotrae a la última reunión con los integrantes de las mascaradas en la que "acordamos coordinar esa búsqueda de material y trabajar en esa línea para que se ayuden entre ellos, y en ese sentido estamos trabajando", explica el también diputado de Turismo en la Diputación Provincial horas antes de que arranque el VIII Festival de la Máscara que un año más impulsa el Patronato de Turismo.

El matiz puramente artesanal de las mascaradas convierte en muy exclusivos los elementos de los antruejos. La dificultad está incluso en encontrar unos simples cuernos de vaca para aderezar el ropaje, de ahí la necesidad de coordinar esfuerzos entre todas las partes para facilitar la restauración de trajes o la adquisición de piezas nuevas. No obstante, en la mayoría de los casos son ellos mismos los que confeccionan sus arreglos.

Las mascaradas de invierno constituyen todo un ejemplo de supervivencia cultural que aún pueden rastrearse por la Península Ibérica. Entre los meses de diciembre y enero tienen lugar sus tradiciones festivas cuyo origen y simbología se remonta al pasado. Todas coinciden con el solsticio de invierno y se prolongan a veces con las celebraciones de antruejo en los carnavales. Personajes ataviados con extravagantes indumentarias protagonizan las celebraciones de distintos pueblos zamoranos, entre ellos, San Martín de Castañeda, Sanzoles, Pozuelo de Tábara, Montamarta, Ferreras de Arriba, Villarino tras la Sierra, Riofrío de Aliste, San Vicente de la Cabeza, Sarracín de Aliste, Abejera, Villanueva de Valrojo, Almeida de Sayago, Pobladura de Aliste, Palacios del Pan o Pereruela.

La característica que identifica a estas celebraciones y las relacionan con el resto de las que tienen lugar en zonas próximas como Portugal o Galicia es la presencia fundamental de personajes diablescos que realizan carreras y saltos por las calles del pueblo con alusiones constantes al público. Suelen ser los mozos o jóvenes solteros quienes encarnan a estos personajes y se ocupan de organizar la fiesta y pedir el tradicional aguinaldo, acompañados de instrumentos como cencerros o tenazas articuladas con los que persiguen, golpean e intentan asustar a la población.

Una demostración de los principales antruejos cobrará vida mañana, sábado, con un desfile que partirá a las 18:00 horas desde La Marina hasta finalizar el plaza de Viriato, donde tendrá lugar la presentación de los treinta grupos participantes.