En plena celebración de los actos centrales del centenario de la Colonia Zamorana de Cuba, bajo el lema "Un siglo de amor", la actual presidenta, María Antonia Rabanillo Dámera, que está en el cargo desde 2012, realiza un repaso por los cien años de historia de esta asociación que siempre ha tenido a los socios como principales protagonistas, ha sabido continuar fuertemente vinculada a la provincia y se siente con fuerza para cumplir muchos años más.

-¿Qué es lo que más ha costado de la organización del centenario de la Colonia Zamorana de Cuba?

-Lo más difícil ha sido organizar un evento que no magnifique la época actual de la colonia, sino que integre todas las etapas. Ha habido unas de mucho brillo y otras de gran sacrificio. A pesar de las circunstancias adversas, entre las que se encuentra la casi paralización de la emigración a partir de los años 40, la sociedad ha sobrevivido.

-¿Con qué apoyos ha contado?

-Han sido muchos los que nos han ayudado, desde la Diputación hasta la UNED, empresarios zamoranos, la Junta de Castilla y León, la embajada de España en Cuba, la Oficina del Historiador de la Ciudad, que dirige Eusebio Leal y amigos en Cuba y España. También han estado ahí la Agrupación de Sociedades Castellanas y Leonesas y nuestros asociados, que han acogido la tarea con mucho amor.

-¿Cuáles son las actividades más destacadas?

-Estamos realizando actividades desde el 4 de septiembre del pasado año. Hemos escenificado las primeras reuniones o la incorporación de la mujer a la colonia. Hemos rendido tributo a presidentes y personas destacadas. En la recta final reconoceremos a cinco personas que en la etapa actual han tenido mucho que ver con los logros alcanzados, aparte de conferencias que impartirán dos distinguidos profesores como son Juan Andrés Blanco y Alfonso Rodríguez. También habrá jornadas gastronómicas y la actuación del grupo Bajo Duero con nuestro cuerpo de baile.

-¿Qué significa poder celebrar nada menos que cien años de vida?

-Es un privilegio y una gran responsabilidad. Nos sentimos muy orgullosos de la Colonia Zamorana, del amor que sus asociados demuestran por ella, expresado en su participación activa en todos los actos que planificamos, dirigidos a mantener vivas las tradiciones, la cultura y el espíritu que nuestros padres y abuelos nos enseñaron

-¿Cree que era algo que se imaginaban sus antepasados, cuando pusieron en marcha la colonia?

-No, no creo. Pensamos que los emigrantes que fundaron la Colonia Zamorana en Cuba no preveían permanecer largo tiempo fuera de su terruño ni separarse indefinidamente de la familia que dejaban atrás. La colonia les permitió sobre todo unirse, ayudarse mutuamente y apoyar tanto a los que llegaban como a los que decidieron volver.

-¿Cómo ha evolucionado en todo este tiempo?

-Ha pasado por diferentes etapas. La primera cuando fue creciendo con la llegada de emigrantes, con un carácter benéfico y social. Aumentó en número con la incorporación de las esposas, ya fueran emigrantes o familias nuevas creadas con cubanas. Después vino una etapa difícil con el cese casi total de la emigración y los cambios sociales que se produjeron en el país. Hoy llegamos al centenario por el amor y sacrificio de aquellos que mantuvieron la sociedad sin actividades pero cumpliendo los requisitos legales para que no dejara de existir. En la etapa actual, los hijos y nietos cumplimos el legado de nuestros padres y abuelos de mantener la colonia

-¿Cuáles son las actividades principales que ahora se realizan en la colonia?

-Es amplio el espectro de actividades que realizamos, desde las comisiones de niños y jóvenes que realizan concursos, conocen de la vida de la sociedad y de Zamora, integran cuerpos de baile y grupos de música y se entrenan para garantizar la continuidad. Los mayores encuentran un lugar donde mantenerse útiles, ya que hacen ejercicio, participan en encuentros de conocimiento y reciben alimentación. Los enfermos y discapacitados son atendidos y se les entregan módulos con alimentos y productos de aseo. Además, se hacen conferencias, cinedebates y concursos, por lo menos dos veces al mes.

-¿Qué número de socios tiene la asociación en la actualidad?

-La sociedad tiene en estos momentos 887 asociados, la mayoría descendiente de zamoranos. Muchos participan activamente en las actividades, imparten conferencias, concursan en temas literarios, en manualidades o en gastronomía.

-¿Siempre se han sentido arropados por Zamora?

-Ya en los primeros años, según hemos podido conocer, había un vínculo entre la colonia y la Diputación. La primera reunión, el 4 de septiembre de 1916, tuvo como objetivo fundamental solicitar el estandarte y en las actas aparecen notas que dan fe de la relación. Después hay un período donde no es evidente el vínculo, que no quiere decir que no existiera. Pero a partir de finales de los 80, y sobre todo en los 90, un fuerte lazo nos une. En 1995 comienza la Operación Añoranza y empezamos a recibir donaciones de ropa, zapatos, juguetes o medicinas, se envía un autobús, se subvencionan actividades y se coopera en la búsqueda de documentos para la obtención de la nacionalidad. Se hace evidente el cariño hacia la colonia con visitas de funcionarios, periodistas y empresarios.

-¿Qué imagen hay de la colonia en La Habana?

-Está catalogada entre las asociaciones de avanzada, por la atención a sus asociados, la participación de estos en los actos que se realizan y por la calidad y cantidad de eventos que realiza.

-¿Cómo es posible mantener las raíces zamoranas tantas décadas después?

-Por el amor que los emigrantes zamoranos supieron cultivar en sus descendientes hacia la tierra donde nacieron, sus historias y costumbres mantenidas y por el fuerte vínculo con el pueblo zamorano, a través de la Diputación, de la UNED y la prensa zamorana.

-¿Las nuevas tecnologías facilitan el contacto entre Zamora y Cuba?

-El desarrollo de Internet es limitado, aunque hace más sencillo el contacto. No tiene aún la posibilidad de una utilización amplia, que permitiría un contacto mucho mejor.

-¿Qué significa para ustedes poder participar en actividades como Operación Raíces y Operación Añoranza?

-Es uno de los logros fundamentales de la relación con la Diputación. Gracias al Plan Añoranza muchos de los emigrantes lograron antes de morir volver a visitar Zamora. Algunos, como mi padre, 80 años después de haber llegado a Cuba. Otros, como Pascual García Ferrero, conoció a un hermano de 80 años, no nacido cuando él emigró. Hoy los hijos de zamoranos pueden visitar el pueblo donde sus padres nacieron y reencontrarse una familia solo conocida por anécdotas. Los jóvenes hacen realidad los cuentos de los abuelos y bisabuelos

-¿Qué es lo que más valoran de estas operaciones los que participan en ellas?

-Poder conocer Zamora, el encuentro con su cultura y arquitectura y conocer unas familia desconocida en muchos casos. Es imposible describir la felicidad que reflejan a su regreso a Cuba, considerando que es el mejor premio que alguna vez pudieron recibir

-¿Tiene suficiente fuerza la Colonia Zamorana de Cuba todavía para seguir sumando años?

-Toda la fuerza necesaria para comenzar ya a hablar del bicentenario, aunque parezca una utopía.