La vallisoletana Cristina Pérez encabeza a la Asociación del Libreros de Viejo y Antiguo de Ocasión que impulsa la feria de estos volúmenes que hasta el próximo domingo tiene lugar en la Marina.

-Dio el paso y optó por dedicarse al libro viejo hace seis años, en plena crisis económica y del sector. ¿Por qué?

-Porque soy muy aficionada a los libros y porque no quería que cerrara sus puertas la última librería de antiguo que quedaban en Valladolid. En estos momentos ya somos más, pero en ese momento iba a desaparecer la única. Es un trabajo apasionante, que me encanta aunque sea poco rentable (risas).

-Sin embargo en Zamora no hay ningún profesional de antiguo.

-Efectivamente y es raro porque siempre suele haber alguno en las capitales de provincia y no tengo constancia, a día de hoy, de que alguien quiera poner en marcha un negocio de antiguo aquí. Ahora en vez de optar por una librería en el centro, que conlleva todos los meses unos gastos fijos, se suele optar por un almacén, vender por Internet y acudir a ferias. Internet ha sido una puerta abierta para los libreros de viejo porque somos verdaderos conservadores de títulos.

-¿Es la salida Internet frente a las ferias?

-En mi opinión, las dos cosas hay que compatibilizarlas. También hay que decir que la venta por Internet lleva mucho trabajo porque tienes que hacer el fichaje de los libros, pero luego tu libro está abierto a todo el mundo.

-¿Qué tanto por ciento de las ventas actuales las pueden efectuar a través de la red?

-Cada profesional lo plantea y lo trabaja de una manera. En mí negocio supone alrededor del 60% de mis ingresos. La persona que comprar físicamente y por la red es la misma. Antes quien compraba era una persona que se pasaba dos o tres horas a la semana buscando un libro que le apetecía tener, pero ahora tenemos menos tiempo para todo de tal manera que el perfil más moderno es aquel que se sienta delante del ordenador y a través de un buscador, donde están casi todos los libreros del mundo, encuentra lo que quiere.

-Pese a ello y a que la ciudad de Zamora carece de profesional del viejo, la asociación año tras año apuesta por montar una feria.

-Creemos que es necesario. Somos conscientes de que hay ferias más rentables y ciudades más grandes y más pequeñas. Este año hemos optado por situarla en la Marina porque pensábamos que en la calle Santiago Alba estábamos más aislados de la vida de la ciudad. En los días que llevamos de feria hemos notado que muchas más gente se ha interesado, más personas se han acercado a las casetas porque estamos en un lugar de paso en Zamora.

-¿Ese interés se ha materializado en las ventas?

-Es un aspecto complicado y hasta que no cerremos el domingo día 2, no sabremos exactamente. Lo que sí puedo decir es que hemos duplicado los visitantes hasta el momento.

-Esto puede significar que hay feria de viejo en Zamora para años?

-Es un termómetro. Personalmente estoy muy implicada en la puesta en marcha de las ferias porque son un escaparate para el libro, que no sea solo un punto para comprar. Queremos transformas las ferias es un espacio cultural. De cara a la edición del próximo año ya he hablado con varias concejalías para ver si podemos montar además un espacio con actividades de fomento de la lectura.

-¿Qué tipo de propuestas acogería?

-Querríamos hacer sitio a narraciones orales infantiles y dirigidas también a adultos, novedades editoriales, talleres de encuadernación para que cada uno pueda construir su libro. Alguna charla sobre algún libro o presentación de algún título? estamos abiertos a muchas actividades. Hasta el momento este tipo de propuestas las estamos desarrollando en las ferias más grandes que son las de Valladolid y de León. Como asociación no tenemos unos fondos muy elevados y las instalaciones de las casetas ya nos cuestan un dinero por lo que para programar, que requiere de otra cantidad, necesitamos que se impliquen las instituciones. Somos conscientes de que la situación está mal y que para cultura hay muchos recortes, pero no dejamos de intentarlo. Queremos apostar por proyectos interesantes y a ver si logramos que salgan adelante.

-Además de cambio de ubicación la feria ha variado en esta edición de fechas.

-Nos hemos retrasado unos días. La razón ha sido evitar coincidir con la feria de la Concha. Resulta interesante desdoblar porque para el comercio es malo cuando hay muchas cosas a la vez. A pesar de estar en la última quincena de septiembre, por el momento, el tiempo está acompañando.

-¿Qué necesidades tiene en estos momentos el sector del viejo?

-Muchas. Para empezar tenemos que luchar con que cada vez se lee menos. Mucha gente dice que los libros electrónicos o las ofertas... cuando el gran problema es que no se lee. En estos momentos hay muchas ofertas de títulos a un menor precio y no se compra. En este país tiramos mucho de novedad cuando los medios de comunicación nos hablan de un título determinado, es un boom y muchas personas se lo leen. Pero la realidad es que en este país no se lee, lo cual es lamentable porque no es un medio de entretenimiento sino que aporta a mayores mucho. Para lo que quieras ser en la vida es necesaria tener una expresión, manejar un vocabulario y hasta tienes que saber expresarte para escribir un papel oficial. Además no estoy muy segura de la eficacia de los planes de lectura que se están desarrollando, aunque es un asunto complicado. A mayores, los adultos tienen que tener muy presente que un niño no va leer si en casa no ve a sus padres hacerlo.