El neurocirujano Jesús Vaquero es el investigador principal del hospital Puerta de Hierro de Madrid, que acaba de publicar en una revista científica, "Cytotherapy" los resultados de más de veinte años de trabajo que se concretaron en un ensayo con doce pacientes con lesión medular a los que se aplicó una terapia con células madre para regenerar el tejido neuronal.

"Empecé a notar un calor, un hormigueo por las piernas", "he empezado a dar los primeros pasos dentro de la piscina", "he vuelto a sentir el agua cayendo por mi espalda en la ducha" son algunas de las impresiones de los pacientes participantes en el ensayo, alguno de los cuales ha logrado gatear o sostenerse en pie con las barras paralelas.

La noticia no ha pasado desapercibida para los lesionados medulares de Zamora, una de las secuelas más graves, por ejemplo de los accidentes de tráfico. Iván Heras es un joven que sufrió un accidente de tráfico a resultas del cual quedó paralizado de medio cuerpo para abajo. Pasó por el Hospital de Parapléjicos de Toledo y, deportista de triatlón desde siempre, sigue con su apuesta deportiva con una bicicleta adaptada, con la que participa en competiciones.

Aunque dice desconocer en detalle los resultados de la investigación, Heras reconoce que había oído hablar de la existencia del estudio y ser consciente de que "si la solución estaba en algún sitio ese era la capacidad de las células madre para arreglar cualquier tejido vivo". Iván es de los que dan crédito a las investigaciones, "sobre todo si vienen avaladas por un estudio oficial" y reconoce que los avances que han salido en los medios de comunicación, como recuperar sensibilidad o el control de esfínteres, serían, ya de por sí, muy positivos para la vida diaria de los lesionados medulares.

Sin embargo, reconoce, faltan todavía datos. "Hay lesiones más complejas que otras, afectación total o incompleta", por lo que "hay que dar tiempo para ver a qué tipo de pacientes puede afectar".

Otro dato que le lleva a mantener cierto escepticismo es que se trata de un ensayo y por tanto no hay aún una terapia generalizada que pueda llegar a todo el mundo. "Soy consciente que quizá tenga que pasar toda mi vida en silla de ruedas". Explica asimismo que lo fundamental es restaurar la conexión perdida entre el cerebro y los músculos, a través de la médula, pero no es el único paso porque "es también necesario el trabajo de la fisioterapia para devolver a músculos y tendones a su estado natural y los movimientos controlados". "Que en doce pacientes haya funcionado no quiere decir que todos los lesionados vayamos a tener la oportunidad. Son resultados positivos, pero hace falta que llegue a ser de aplicación general".

Si Iván lleva en silla de ruedas desde hace un par de años, más experiencia tiene María Eugenia Cabezas, concejal del Ayuntamiento de Zamora y lesionada medular desde hace un 22 años por accidente. Asegura que desde hace años tiene conocimiento de las investigaciones de Vaquero en el Puerta de Hierro, aunque aún no ha tenido ocasión de estudiar el profundidad los resultados científicos, más allá de las informaciones periodísticas. "La esperanza nunca se pierde, y cualquier avance en la sensibilidad o la movilidad es positivo", dice Cabezas, pero, advierte, "hay que tomar los datos con precaución; de hecho los investigadores son los primeros que tienen cautela". No obstante "todo avance es positivo, aunque no vamos a andar en tres días". Valora también que sea un centro público el que lidere este tipo de investigaciones, garantía de que, en caso de éxito, puedan tener una más rápida extensión de los beneficios al resto de los pacientes.

Los resultados son mucho más que esperanzadores. Aunque los pacientes tratados aún necesitan sus sillas de ruedas y muletas para desplazarse, todos han experimentado alguna mejoría en cuanto a sensibilidad o rigidez muscular, control de esfínteres o descenso del dolor. Eso sí, el propio Jesús Vaquero advertía que "hemos dado el primer paso", pero esto "no es la curación de las lesiones medulares".