El músico zamorano Miguel Mateos es uno de los nuevos valores de la composición local.

-Usted siendo muy niño dio el paso del folclore a la enseñanza musical reglada. ¿Por qué?

-Yo comencé en la Escuela de Folclore y luego pasé al conservatorio. El paso por este centro ha sido muy importante porque hacía otra actividad como el baloncesto y llegó un momento en que tuve que elegir y lo dejé por la música.

-¿Qué pesó en su decisión?

-Cada uno tiene un sentimiento personal hacia algo. Me gusta mucho el deporte, pero no es la base de mi vida. Mi vida profesional es la música.

-La composición es el ámbito en el que se está especializando he hecho piezas suyas ya han tocado distintas bandas y forman parte de discos.

-Mi interés por la composición surgió de una manera hasta casual. Hace ya unos años me dejaron un programa de ordenador para componer y comencé a trastear con él, lo que despertó en mí el interés por esta rama que no se enseña en los conservatorios profesionales.

-¿Qué tiene de especial la composición?

-La composición me hace feliz. En este campo de la música me siento muy realizado cuando compruebo que lo que he escrito suena bien. Además, soy crítico con mis obras. Me ha ayudado mucho formar parte de la Banda de Música de Zamora y de la organización del Certamen Armónico. Escuchar una misma pieza interpretada por varias bandas te ayudar a ser más crítico con la música que escuchas.

-Su especialidad es la percusión, pero ¿con qué instrumento escribe?

-Por lo general suelo hacerlo o con piano o con el ordenador. Las obras que escribí para el acceso al Conservatorio Superior las hice una con piano y otra con percusión porque era para multipercusión, una agrupación de instrumentos de parche.

-Una de sus piezas forma parte del disco "Rebambalancha" donde la Banda de Música de Zamora toca piezas escritas para flauta y tamboril.

-Fue un proyecto muy bonito. Yo procedo del folclore y practicando otro estilo te brindan la oportunidad de hacer una mezcla de los dos. Escribir una obra para flauta y tamboril fue una petición de la Banda de Olmedo a través de David Rivas. Me lancé de lleno y luego vino la inserción en el disco de Luis Pedrada que contó con David Rivas y conmigo.

-Ha mencionado a David Rivas con quien en el Festival Hispanoluso estrenó una obra. ¿Cómo fue la experiencia de trabajar codo a codo con otro compositor?

-Muy buena e interesante. Todo surgió porque el director de la Banda de Zamora, Manuel Alejandro López, quería hacer este julio un recorrido gallego en la segunda parte del festival. Quería montar una serie de obras vinculadas a Galicia y el Camino de Santiago. Ha sido mi primera experiencia con otro compositor, había unas partes suyas y otras mías así como otras conjuntas. Ha sido muy enriquecedor el compartir trabajo.

-¿Qué proyectos tiene ahora?

-Me han encargado una obra desde el Conservatorio Superior de Oviedo para el ensemble de clarinetes y la obra obligada que tengo que escribir para el Conservatorio de Salamanca también es para clarinete. Hasta ahora no he escrito solo para clarinete.

-¿Se valora el trabajo de un compositor?

-Creo que depende del estilo en el que te muevas. Ahora me muevo mucho en música de vanguardia y a oídos de un melómano se puede hacer más diferente. La composición depende mucho del estilo que toques, yo querrían sumar y dedicarme a la composición para cine. En este país hay excelentes profesionales en este campo.

-Muchos músicos para especializarse optan por irse al extranjero a formarse. ¿Va a ser su caso?

-Sí, querría. Una vez que concluya en Salamanca no lo descarto, pero un problema es que hay escasas becas para proseguir tus estudios. Como ejemplo el compositor Oscar Navarro tuvo que pedir un crédito al banco para poder ampliar sus estudios. Sin duda la falta de becas para seguir los estudios o simplemente para comprar un instrumento limita mucho a una persona que quiera dedicarse a la música. Además la matrícula del Conservatorio Superior cuesta como una carrera universitaria.

-Usted también forma parte de la big band Merlú Jazz Band.

-La formamos por el amor a la música que tenemos los doce integrantes. Es complicado coincidir todos pero en cuanto podemos tocamos juntos. Es un proyecto en el que sigo implicado porque me brinda la oportunidad de tocar el vibráfono, un instrumento que me gusta mucho.

-En Zamora hay ahora muchos grupos pero pocos relacionados con la música convencional, con la reglada.

-Los instrumentos clásicos se pueden llevar a otros terrenos lo que es muy interesante, como ejemplo Mago de Oz, que hace rock celta y tiene temas con violín. En Zamora en la música pop, rock y funky están emergiendo grupos muy interesantes como puedo verse en FestiBalc, aunque de clásica es más complicado que haya formaciones porque quienes prosiguen con sus estudios se van fuera.