El templo de San Andrés acoge desde hoy y hasta el miércoles un besamanos en honor de la Virgen de la Saleta, en el horario de apertura del templo, de 10.00 a 14.00 horas y de 17.30 a 20 horas dentro de las actividades programadas desde la Asociación Virgen de la Saleta, recientemente erigida por el obispo de Zamora.

El viernes 16 de septiembre comenzará el triduo en honor de la Virgen que consistirá en el rezo del triduo y la celebración de la misa a las 20.30 horas tanto la tarde del viernes como la del sábado y a las 12.00 horas del domingo. Además, el primer día del triduo tendrá lugar la bendición e imposición de medallas a los nuevos miembros de la asociación de fieles y el sábado, día 17, se celebra una vigilia de adoración eucarística a las 23.00 horas en la iglesia de San Andrés.

Junto a los actos de culto, la Asociación Virgen de la Saleta ha programado otras actividades artísticas y culturales. Así, el viernes 16, la plaza del Seminario acoge dos conciertos. A las 21.30 horas está prevista una actuación a cargo de la Joven Orquesta Sinfónica de Zamora, mientras que desde las 22.30 horas el Grupo Danzarín realiza una milonga de tangos. El sábado 17, en el mismo marco a las 21.30 horas, La Tijera Teatro pone en escena la obra titulada "Diálogos".

Las celebraciones en honor de la Saleta se producen semanas después de que grupo de la Virgen de la Saleta acaba de ser sometido a una restauración. Este proceso, que ha durado varios meses, ha permitido descubrir, gracias al empleo de un endoscopio, la firma en lapicero del imaginero Ramón Álvarez en la cabeza de la Virgen y de los dos niños. Además la intervención ha devuelto la unidad al grupo y el restaurador ha constatado la posición original que ocuparían las tres figuras dentro de un tablero que Ramón Álvarez fabricó y construyó para que tuvieran una interacción de miradas y de posturas.

La Virgen de la Saleta se encuentra en una de las capillas de San Andrés desde que un grupo de jóvenes pidió al Obispado el traslado de las piezas desde el convento de las Claras, religiosas que custodiaban las piezas desde los años 70, momento en el que llegaron procedentes del Museo de Semana Santa tras la desaparición de la iglesia de la Concepción.