Más de 11.000 alumnos de Educación Infantil, Primaria y Especial arrancaron ayer el curso en los 22 colegios rurales agrupados (CRA) y los 46 centros que están repartidos en toda la provincia. El principal reto de este año se centra, según indicó el delegado territorial de la Junta, Alberto Castro, en el Programa Releo. "Para nosotros es objetivo fundamental para que los que más lo necesiten tengan acceso gratuito a los libros. Así que conseguirá esa equidad de la que hablaba el consejero de Educación, que sea garantía de una buena calidad educativa y se plasme en una realidad", desarrolló.

Mientras que el número de alumnos ha caído este año, el de profesores se ha mantenido. "El 100% de las plazas están cubiertas en Zamora, el número de profesores es similar y se intentará que los proyectos educativos están adaptados a la nueva ley". A este respecto, Castro volvió a recalcar que la Lomce no tiene que mantener intranquilos a padres o alumnos. "Las pruebas de evaluación no van a afectar a su vida académica, sino que evaluará los niveles de calidad", especificó.

Sobre la posibilidad de que uno de los dos colegios que han tenido que ser cerrados este curso por falta de alumnos, el de Arrabalde, se reabriera si se volvía a completar el cupo de cuatro estudiantes, tal y como había comentado el alcalde de la localidad, Castro recordó que la Junta "está abierta a esta posibilidad, pero los padres se tienen que involucrar y matricular a sus hijos en el centro para poder abrir la escuela y dotarla de medios y profesores", explicó. En este sentido, Castro recordó que Castilla y León es la "única comunidad de España que mantiene centros rurales abiertos con cuatro alumnos".

El delegado territorial, en compañía del director provincial de Educación, Fernando Prada, visitó durante este primer día de curso el colegio de La Candelaria, donde estudian 356 alumnos de la capital, nueve más que durante el pasado curso.