Casi tres de cada diez personas mayores de 65 años que recurren a una residencia en su modalidad temporal, es decir, por un periodo máximo de tres meses, lo hacen por descanso del familiar que les atiende. El resto de casos se debe a la convalecencia de la persona mayor y a la enfermedad del cuidador, normalmente, un hijo o familiar de primer grado que no dispone de otro hermano que se pueda hacer cargo.

Frente a una estancia permanente, la modalidad eventual es una opción que oxigena al familiar de la persona mayor que requiere cuidados. Durante ese periodo de tiempo, las personas mayores dependientes reciben todos los servicios de la residencia. Entre ellos, están también las unidades de convalecencia sociosanitaria, que son plazas reservadas en residencias con unidades específicas para que una persona en situación de dependencia con un proceso crónico de enfermedad o una patología asociada al envejecimiento reciba, una vez que está estable y a su salida del hospital, cuidados sociales y sanitarios de baja intensidad mientras logra su recuperación.

Estos usuarios deberán presentar también necesidades sociales porque requieran cuidados que excedan la capacidad de un cuidador, no dispongan de nadie que les atienda o residan en una vivienda con barreras arquitectónicas.

En Castilla y León siete de cada diez estancias temporales se realizan en centros residenciales mientras que el 30% restante se llevan a cabo en centros sociosanitarios, según los últimos datos del Consejo Económico y Social de Castilla y León basados en las cifras de la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León. A pesar de que la tendencia regional registra una caída de usuarios de estancias temporales el pasado año con respecto al anterior, en Zamora la situación fue inversa, con un incremento de casi el 13%.