La puerta arrancada de cuajo. Es el expeditivo método utilizado por los ladrones que entraron hacia las cinco de la madrugada en el bar Musical de la calle Obispo Nieto con la intención de arramplar con todo lo que se encontraran en el interior.

Por suerte, el bar disponía de alarma y los dueños del establecimiento viven justo encima, por lo que los cacos sólo tuvieron tiempo de llevarse parte de la recaudación de una caja antes de salir huyendo.

La Policía Nacional se ha hecho cargo de las investigaciones. El bar pudo atender a la clientela desde por la mañana, aunque se vio obligado a cambiar la puerta, ya que quedó literalmente destrozada.