"Algunos actúan con miedo a que el profesorado no atienda bien a sus hijos"

"Si no se hace algo al respecto pronto, nos veremos obligados a cerrar librerías"

La venta de material educativo en las librerías zamoranas se ha visto reducida en un 50%, una caída "drástica" que, según los comerciantes, está relacionada con la competencia "desleal" de los colegios privados y concertados que compran los libros de texto a las editoriales correspondientes y los venden a aquellos padres. De esta manera, evitan tener que estar pendientes de reservar los manuales durante las vacaciones o las largas esperas en los comercios.

Los libreros coinciden en que la venta "on-line" y en las grandes superficies son también dañinas, pero que las que se dan en el ámbito escolar componen el mayor riesgo para sus negocios.

"El daño económico que significa para el sector de las librerías causa que en España se cierren alrededor de 1.000 al año", denuncia Luis González, presidente de la Asociación de Libreros de Zamora y propietario de Semuret. "Antes éramos los mediadores oficiales entre colegios, institutos y editoriales; ahora es otra historia", añade.

Pilar García, de la librería Milhojas, asegura que "si no se hace algo al respecto pronto, nos veremos obligados a cerrar todas las librerías". Denuncia, además, que los colegios, al igual que las grandes superficies, venden los libros "casi al coste", dejando un margen comercial con el que un librero no puede competir y que "beneficia más a aquellos que no viven directamente de lo que venden".

Dependiendo de la normativa de cada colegio, la compra en el centro de material como los uniformes puede ser obligatoria. Sin embargo, los libros de texto aún pueden adquirirse en el punto de venta que se considere más asequible para la economía de cada familia. Libreros como Miguel Nuñez creen que esa libertad no está tan clara y que "algunos de los que compran a los colegios actúan con cierto miedo a que el profesorado no atienda bien a sus hijos por no haber invertido en el centro".

Por otro lado, Mario Criado, que forma parte de la Asociación de Madres y Padres de uno de los centros educativos privados, defiende que las escuelas tienen una licencia y que los libros cuestan exactamente lo mismo que en una librería. "Prefiero aportar dinero a la comunidad educativa. Para eso tenemos un mercado libre", explica, a pesar de que no ha trascendido el destino final de los beneficios. Para las librerías el argumento es simple: "los colegios deben educar, no hacer negocio".

Según un estudio realizado por el comparador de precios idealo.es, este año las familias españolas desembolsarán 400 euros por niño para la compra de material escolar. Uno de los mayores gastos está en los libros de texto que, en algunos casos, tienen más de una edición para cada trimestre.

Los precios de las mochilas pueden osiclar entre los 10 y los 40 euros, las zapatillas pueden adquirirse en un rango de 20 a 80 euros, pero los libros tienden a mantener un mismo precio en Zamora. "Es una sangría. Yo entiendo que suponga un esfuerzo económico para los padres", lamenta Luís González. "Estamos recibiendo libros para vender a 42 o 46 euros, es exagerado", ejemplifica.

Los libros de texto empleados durante todo el año cuestan a los zamoranos entre "250 y 300 euros", una auténtica "vergüenza" para el librero, quien opina que los precios deberían reducirse en un 20% para resultar más asequibles. "Un precio de 100 a 180 euros sería mucho más razonable", añade.

Para ayudar a las familias que tienen dificultades para cubrir los gastos en material escolar, algunos colegios reciclan los libros de años anteriores y los utilizan en otros cursos. Asimismo, las administraciones regionales crean programas como "Releo", que impulsan los bancos de libros de texto y material curricular mediante el sistema de préstamo y reutilización en varios centros educativos de la ciudad.

Las ventas "on-line" de manuales también son populares entre las familias por suponer un ahorro considerable. A pesar de entender la indignación por el coste del material, Luis González cree que "las librerías son la única forma de que Zamora tenga un entramado cultural".