En la localidad de Terni, perteneciente a la región de Umbria, reside Sarai Llamas, diseñadora zamorana afincada en Italia. Según relata, "en la ciudad también se han vivido momentos de pánico" al despertarse de forma abrupta pasadas las tres de la madrugada, cuando sintieron que "la casa se movía". Afortunadamente, donde ella reside no han sufrido pérdidas humanas ni materiales, a pesar de "encontrarse muy cerca del epicentro del terremoto", en Rieti (Perugia). "Terni es una zona arenosa, así que sentimos los movimientos, pero rara vez ocurre algo más", detalla Llamas. No obstante, esta vez y a pesar de ser una zona en la que están acostumbrados a los terremotos, el miedo se ha instaurado en la población porque "parecía que no terminaba nunca, fueron dos minutos de temblores", afirma la diseñadora.

La zamorana, que vive junto a su marido y sus tres hijos, se pensó dos veces si salir de la vivienda ante la duración del temblor, pero "mi pareja me dijo que no me asustara, que era normal".

A pesar de que este es un territorio proclive a los seísmos, los efectivos de Protección Civil se han visto superados y "han tenido que ir hospital por hospital pidiendo material como collarines o mascarillas", asegura Sarai Llamas. Esta situación ha indignado a la población italiana, que no entiende que tras los muchos temblores que han sacudido al país no se tienen los recursos necesarios para combatir estas situaciones.

En la localidad italiana, los ciudadanos no han recibido comunicado oficial alguna y la información la están obteniendo a través de las redes sociales y la televisión. En la urbe del centro de Italia no se habla de otra cosa y la palabra terremoto aparece en todas las conversaciones desde esta madrugada.

La noticia, como es lógico, ha conmocionado todo el país. En el sur, en Sicilia, Daniele Malaponte, conocido organizador de eventos y actividades entre los estudiantes zamoranos que participan del programa Erasmus, asegura que "toda la isla se encuentra entristecida por la horrible noticia". Además, según las palabras del joven italiano, la tragedia ha sido doble, ya que "el pueblo es pequeño, pero un destino turístico muy visitado". Para más inri, en los siguientes días se tenía prevista una fiesta en el pequeño pueblo en honor a una pasta originaria de allí: la "amatriciana". Razón por la cual el pueblo había recibido una afluencia de turistas nacionales y extranjeros, aunque en un primer momento las autoridades italianas no han confirmado la presencia de ningún extranjero entre los fallecidos. "La indignación es generalizada, no se entiende que tras lo ocurrido en L'Aquila en 2009 todavía no haya suficientes recursos y efectivos para satisfacer las necesidades en las labores de rescate", lamenta Daniele.