Un empleado de banca de una oficina del BBVA de Zamora fue el primero en percatarse que algo raro había en una mujer que pretendía abrir una cuenta en el banco cuando, según su identidad, la de Ramona María Timaru (Faghiura de soltera) ya tenía abierta otra en la misma entidad, pero a 517 kilómetros de distancia, en Zaragoza, donde residía con su marido. El empleado llamó por teléfono al BBVA de la capital aragonesa, quienes llamaron a Ramona, la de verdad, y abortaron el intento de abrir la mentada cuenta.

Sin embargo, la impostora logró su propósito en entidades bancarias de distintas ciudades españolas, con el fin de perpetrar múltiples estafas de las que responde la persona a la que presuntamente le ha suplantado la identidad, la rumana Ramona.

La historia la cuenta José Antonio Hernández en el diario El País y supone el relato de la auténtica pesadilla que vive una persona a la que alguien ha suplantado su identidad, y con ella perpetra todo tipo de delitos, de los que curiosamente debe responder también la suplantada. Con las cuentas a nombre de Ramona María Faghiura la persona que haya logrado suplantar la identidad de la rumana se dedica a vender por Internet ordenadores y electrodomésticos. El sistema es sencillo: anuncia una serie de productos por Internet. El comprador los adquiere pero antes debe enviar el dinero a una cuenta bancaria, la que ha abierto la supuesta Ramona. Realizada la operación resulta que el producto nunca llega al domicilio del comprador. Los estafados presentan las oportunas denuncias ante la Policía los juzgados, y todas llegan a Ramona como presunta autora de los hechos. Pero a la Ramona suplantadora, ya que la real no tiene nada que ver con las estafas.

Al final, siempre según el relato del rotativo madrileño, los jueces admiten que la auténtica Ramona no ha sido la que ha cometido las estafas y los casos se archivan a la espera de que aparezca el verdadero culpable. Casi siempre ha ocurrido lo mismo pero en un juzgado de Alcalá de Guadaira, en Sevilla, no ha sido así y Ramona está acusada de estafa múltiple, por lo que tendrá que presentarse al juicio. De hecho, a esta mujer de identidad suplantada la detuvo la Guardia Civil cuando estaba alojada en un hotel de Fraga, en Huesca. Tras pasar por el cuartelillo, los agentes la presentaron ante el juez, que la dejó en libertad provisional tras demostrar que ya tenía denunciada ante la Policía que alguien se estaba haciendo pasar por ella para cometer las tropelías.