El IV Plan de Salud de Castilla y León, presentado recientemente, se fija como uno de los objetivos reducir la mortalidad por cáncer, especialmente en los tumores que tienen una alta incidencia en la sociedad y cuya tendencia sigue siendo ascendente, como son los de pulmón y colon. El Plan indica que "los tipos de tumores que más fallecidos causan son el de pulmón y bronquios, seguido por el de colon y el de estómago". El anterior plan ya tenía este objetivo, aunque no pudo culminar con éxito la disminución de este tipo de tumores.

En los hombres, explica el documento rector de la política sanitaria para el próximo lustro, el cáncer es la primera causa de muerte y el mayor número de muertes se produce por el tumor maligno de tráquea, bronquios y pulmón seguido por los tumores de colon, próstata, estómago y vejiga. "Destaca la tendencia temporal descendente de todos ellos excepto el de colon, aunque se observa cierta estabilización".

En las mujeres, el cáncer "es la segunda causa de muerte, por detrás de las enfermedades cardiovasculares y el tumor más frecuente es el de mama, seguido por el cáncer de colon, el de tráquea, bronquios y pulmón, de páncreas y de estómago". Al contrario de lo que ocurre entre los varones, "destaca la tendencia ascendente de los tumores de tráquea, bronquios y pulmón y de páncreas y la tendencia claramente descendente del tumor de estómago".

Los casos de cáncer "suponen además, una importante causa de morbilidad y un alto coste para el sistema sanitario".

Sin embargo, a pesar de que el cáncer sigue siendo un importante problema de salud pública, se observa que en algunos tipos de tumores las tendencias de mortalidad e incidencia están modificándose y mejoran, lo que sugiere que tanto las políticas de prevención primaria y secundaria como la mejora en los tratamientos están siendo efectivas".

Eso si, indican las autoridades sanitarias, "a pesar de los logros hay que seguir avanzando en varias líneas". Por ejemplo, el abordaje de los factores de riesgo como el tabaco y la obesidad, la extensión del cribado de cáncer colorrectal, mejorar la calidad de la atención a través de una asistencia integral y multidisciplinar, mejorar la calidad de vida de los pacientes atendiendo las secuelas físicas de los tratamientos, organizar la atención psicológica de pacientes y familiares, extender el procedimiento para el seguimiento de los pacientes supervivientes a largo plazo y potenciar la investigación oncológica".