El exceso de calor corporal aumenta la probabilidad de que se produzcan accidentes de trabajo. Además estas condiciones pueden provocar que se agraven dolencias previas y que se produzcan aquellos transtornos relacionados con el calor.

La enfermedad más conocida es el golpe de calor, en el que por un trabajo continuado, mala forma física, toma de ciertos medicamentos o la edad, se puede dar un fallo en el sistema de termorregulación, lo que provoca daños que pueden causar la muerte.

La deshidratación es otro de los males que vienen de la mano del calor. La pérdida de agua de forma excesiva del cuerpo por una alta sudoración y la falta de reposición de la misma puede conllevar peligrosos efectos en el trabajador.

Además de estos dos trastornos, son otros muchos los que provocan las altas temperaturas. El agotamiento y síncope por calor, los calambres y las erupciones cutáneas son comunes en los casos en los que las personas no tienen control sobre la temperatura a la que son expuestos.

Los trabajadores en verano se ven expuestos a todos estos riesgos que hacen de sus labores diarias algo mucho más complicado.