-Al final parece que el poder económico siempre supera las inquietudes culturales o intelectuales?

-Primero son los hablantes, quienes crean un espacio de referencia, y luego aparecen los intereses económicos porque hay personas interesadas en introducirse en un mercado determinado.

-Hablemos ahora del "negativo" de la realidad que usted dibuja. ¿Cómo está siendo la adaptación de las empresas españolas a los diferentes mercados en el proceso vital de internacionalización, donde el inglés resulta básico?

-Hoy por hoy, cualquier chaval que sale de la escuela tiene un nivel de inglés que le permite hacer operaciones elementales. Pero está pendiente la siguiente frontera: salir al exterior. Por eso, yo animo a los estudiantes a que salgan a otros países durante, al menos, un curso académico.