Aunque reconoce que Carrascal es el "gran desconocido" de los barrios de Zamora, su presidenta, Luisa Argüello, invita a los zamoranos a descubrir este lugar durante sus fiestas patronales, que vuelven a combinar una vez más tradición e innovación, con actividades para todos los públicos.

-A punto de comenzar las fiestas en honor a la patrona del barrio, Nuestra Señora de la Asunción, ¿cómo se presenta el programa de este año?

-Las fiestas se presentan con la misma ilusión que todos los años. Siempre intentamos que haya tradición y que se mezcle con innovación y, sobre todo, actividades para que todo el mundo disfrute de estos días. La verdad es que creo que tenemos unas fiestas en las que la gente se lo puede pasar bien desde que se levanta hasta que se acuesta.

-Uno de los actos más emotivos será precisamente el primer día, con el homenaje al vecino Alonso Pablos, ¿cómo surge esta iniciativa?

-Fue algo que planteamos desde la junta directiva y nos pareció una idea estupenda. Se trata del socio más antiguo de asociación. De hecho, le gusta recordar que tiene el número uno de la agrupación. Con sus 89 años es una persona que sigue participando activamente tanto en el funcionamiento de la asociación como de las reivindicaciones que se plantean. Siempre está ahí apoyándonos en todo, nos anima y está presente para lo que necesitamos. Así que pensamos que era el momento de empezar a agradecer a nuestros mayores esta labor, empezando por él. Es una idea que seguramente se seguirá haciendo en próximos años.

-Siguen apostando por personas del barrio, esta vez con María Cruz Lucas como pregonera este año. ¿Qué vinculación tiene esta política con Carrascal?

-Ella ha sido vecina del barrio y su familia materna desciende de Carrascal. Además, sus abuelos viven aquí y su hermana viene a pasar el verano como hacen otros muchos familiares. Pensamos que era una buena representante, se trata de una pregonera de las fiestas de un barrio que es también el suyo.

-¿Por qué siguen presente en el programa de fiestas los juegos tradicionales, es algo que sigue contando con el entusiasmo de los vecinos?

-Se trata de una actividad que está muy vinculada a las fiestas de nuestro barrio. De hecho, tanto la rana como la calva está a disposición de mayores y pequeños durante todo el año en el local de la asociación, así que consideramos que es algo ya imprescindible en el programa de fiestas para pasar las tardes de una manera divertida. Nuestro objetivo es mantener las tradiciones en la medida que podamos, aunque sin dejar a un lado nuevas actividades en el programa.

-¿Los vecinos de vuelcan con las fiestas, no solo en disfrutarlas, sino también en prepararlas?

-Tenemos personas jóvenes en las peñas y mayores que son muy activas en la asociación, algo que hay agradecerles. Se vuelcan a ayudarnos a preparar desde el programa hasta la ejecución de los juegos. Los jóvenes tienen que empezar a tirar del carro a la vez que disfrutan de las fiestas.

-¿Qué ha sido lo que más les ha costado organizar este año?

-Cuando llevas ya un tiempo al frente, lo que más cuesta es innovar, buscar algo nuevo que no esté visto e intentar buscarlo por mil sitios. Aunque nosotros somos muy previsores y en marzo ya teníamos prácticamente cerrado todo el programa, cuesta este aspecto. Este año tenemos como novedades el jumping hasta la una yinkana y el tiro con arco. Todo esto están deseando practicarlo los vecinos.

-Echando la vista atrás en un año, ¿qué se ha logrado para el barrio?

-Por fin le vemos una solución al problema de la depuradora, que parece que avanza y que será cuestión de meses. También estamos contentos con el tema del área deportiva, que nos hace especial ilusión, porque es algo que podremos disfrutar no solo los vecinos de aquí, sino todos los zamoranos.

-¿Y el arreglo de la carretera que lleva al barrio, cuya obra se acaba de anunciar esta semana?

-Esta era una de nuestras mayores reivindicaciones, así que esperar tres meses para su arreglo es ya algo mínimo. El arreglo era imprescindible para la seguridad de todos los que transitamos por esta carretera cada día.

-¿Son las fiestas de Carrascal una buena oportunidad para que los zamoranos se acerquen a conocer el barrio?

-Nos encanta que venga la gente y que nos conozca, porque Carrascal es el gran desconocido de la ciudad. Algunos incluso no saben si se trata de un pueblo o de un barrio. Si se acercan a las fiestas, serán bien recibidos, como en cualquier otra época del año. Merece la pena descubrirlo, porque somos un barrio humilde pero que tiene unos rincones con mucho encanto. La gente que viene se queda maravillada.