Existen varios modelos aplicados en otros países europeos que podrían tener traducción en una nueva ley electoral y todo dependerá del modelo de circunscripción que se elija. En Grecia, por ejemplo, se aplica al partido más votado un grupo determinado de diputados. Otra modalidad es la británica, que supondría tener circunscripciones aún más pequeñas que la provincial, de distrito, con los candidatos disputándose la representatividad en el escenario más próximo y directo al elector y no sólo dependiendo del resultado en votos de las siglas de su partido. Una circunscripción única, por el contrario, dejaría sin opciones a los nacionalistas. Pero cualquier solución se encontrará de frente con los que hasta ahora han salido más beneficiados con el sistema de reparto: los dos grandes, PP y PSOE, lo cual anticipa un apasionado debate sobre la pretensión de Rivera si es que es finalmente considerada.

En cualquier caso, la hegemonía absoluta del PP consolidada en junio hace pensar en un panorama muy poco variable en Zamora. Serían los socialistas los que verían peligrar su escaño en el caso de que existan cambios en los repartos de proporcionalidad. Por cierto que ya en el PP se planteó un sistema similar al del programa de Ciudadanos, elevando a 450 los diputados y arbitrando un reparto que equilibrara a las poblaciones más grandes, donde ahora un diputado cuesta mayor número de votos. La artífice, Esperanza Aguirre. La propuesta de la lideresa no pasó de tal.