El artista Némer Salamún estrena varios espectáculos en los próximos días, que no van a pasar desapercibidos, dentro del Verano Cultural.

-Lleva unos años asentado en Zamora, se le pudo ver actuar sobre el Principal y ahora toma la calle.

-En Segovia con mi compañía hice las rutas teatralizadas de la ciudad y tuvieron un gran éxito e incluso nos contrataron para hacer lo mismo en Burgos. Cuando vinimos de Siria por lo que está pasando pensamos que íbamos a estar tres meses y llevamos ya cinco años en España. A los anteriores responsables del Ayuntamiento de Zamora le planteé proyectos y me dieron buenas palabras y la espalda. Con la nueva corporación lo he vuelto a intentar y hasta el momento no lo había conseguido. Ahora tengo unas fechas dentro del Verano Cultural, pero me gustaría hacer más cosas para la ciudad porque si no nos vamos a ver todos los ciudadanos convertidos en pokémones y los pokémones nos van a cazar a nosotros. He presentado muchas cosas al Principal que no han fructificado y me acordé de mi trabajo en Segovia en la calle y pensé que podía ser interesante. Yo no soy conocido en Zamora y tengo que darme a conocer por lo que propuse el espectáculo "El pícaro sirio".

-¿En qué va a consistir?

-"El pícaro sirio" no tiene todo el significado de la acepción de pícaro en castellano, tomo la parte crítica de la palabra. Es un espectáculo de serie, es decir que tiene el mismo nombre pero en las representaciones el contenido será distinto. Haré dos presentaciones con contenidos distintos. Es un espectáculo itinerante y cada uno coge cuatro puntos de la ciudad diferentes. El primero, el domingo 7 de agosto a las 21.30 horas, será en la Plaza Mayor, la plaza de Viriato, la escultura de Herminio Ramos y el final, en el exterior del Castillo; mientras que la segunda fecha, el día 13 a las 21.30 horas, comienza en la plaza de Hacienda, iglesia de Santiago del Burgo, delante del Teatro Ramos Carrión y concluye en el mirador de San Cipriano. El recorrido te impone el contenido, que tiene un estilo crítico. La gente se va a encontrar un hombre que no está loco, sino que su lengua se ha desatado y le da igual.

-¿Qué o quiénes son blanco de ese personaje?

-La crítica es a los políticos, a la sociedad, a los ciudadanos y a él mismo. ¡No voy a dejar títere con cabeza, ni a mí mismo! Hay que poner la mano en la llaga. Quiero llamar la atención de ciertos aspectos que a mí me parece importantes de la ciudad y si tengo la oportunidad de hacerlo en otras ciudades, haré lo mismo. Espero que convenza. Sé que habrá personas a las que no les gustará porque no aceptan la crítica pero creo que podría ser interesante este espectáculo de manera mensual como el trovador que narraba lo que sucedía antaño.

-¿El público asumirá bien esa crítica?

-Debería aunque no estamos acostumbrados. Yo cuando me equivoco lo digo o en alto o en bajo. La gente sabe dónde se equivoca y en lo que no. El amigo no es el que únicamente te elogia. Este tipo de espectáculo puede ser muy positivo porque es la voz del pueblo que te dice sus dolores. Mi objetivo no es herir a nadie.

-¿Podría representantes en un recinto cerrado?

-Sí, aunque cambiaría un poco al tratarse de un monólogo en el que yo tendría que mencionar los lugares. No obstante creo que es una propuesta para realizar al aire libre porque la gente te sigue de un lugar a otro. Por mi experiencia en Segovia funciona bien entonces preveíamos 75 personas, pero siempre contamos con muchos más espectadores.

-Estrena otra propuesta en el Castillo. Háblenos de ella.

-El día 17 de agosto a las 22.00 horas doy a conocer el espectáculo "Risas con acento extranjero", es una propuesta de humor. No será para reírse a carcajadas todo el rato porque parto del concepto de que el humor empieza con salir aliviado o contento tras ver un espectáculo. Realizaré una comparación entre la cultura occidental, y la española en concreto, y la árabe, la mía. Hablaré de las situaciones que afrontas cuando acabas de llegar, no dominas el idioma y no conoces la cultura. El espectáculo va en línea de ver cómo nos reímos de nosotros mismos cuando no estamos en nuestro ámbito hasta producirse una adaptación a una nueva vida. Además realizo una comparación entre tradiciones, lo que creo que es enriquecedor para el público para conocer cómo se vive en otros lugares el nacimiento de un bebé, la celebración de un matrimonio o incluso la muerte. Creo que este espectáculo puede dar información y formación acompañado de una sonrisa y hasta de risa.

-Además de estos proyectos usted quiere poner en marcha un taller de interpretación.

-Es una propuesta que he traslado al Ayuntamiento y a la Diputación. Mi planteamiento es poner en marcha en un local cedido un taller de comunicación humana creativa porque ante la comunicación inhumana que nos rodea. Convertir un espacio en un taller activo, vivo para todas las edades donde hubiera actividades para niños, adolescentes o para mayores cada uno con unos objetivos. Podemos desarrollar actividades para aquellos que quieren formarse para ser actor, el que quiere desahogarse creativamente o aquel aficionado que quiere aprender más. Me dicen que no hay dinero para ponerlo en marcha pero en cualquier lugar del mundo hay que apoyar la cultura porque si realmente queremos luchar contra las bombas tenemos que construir bombas culturales. Hay que promover la educación en los niños y apoyar la creación de alguna materia donde se les aproxime a la cultura que puedan asistir a teatro y al día siguiente analizar la obra.

-¿Qué añora en la cultura local?

-Echo en falta reconocimiento al que sabe, no un reconocimiento a todo el mundo. Yo creo en la especialización en la vida. Ahora impera el repartir por igual pero no puedes tratar igual a un político aficionado que a un político profesional. Soy una persona que ha estudio teatro y que ha trabajado en este ámbito y que reclamo también tener mi espacio en esta ciudad.

-¿Ha sentido que se le han cerrado las puertas en la ciudad?

-No estoy mendigando por ser sirio o árabe pero creo que es interesante dar a conocer la otra cara del árabe. Se asocia las cosas bonitas a los occidentales y los atentados a los árabes. No hay que poner a todos en el mismo saco. Creo que yo puedo demostrar la otra cara de un pueblo perjudicado.

-En Zamora ¿pueden convivir dos teatros?

-En ciudades pequeñas y pueblos llenan los teatros los "famosillos". Mucha gente va al Principal a ver, por ejemplo, a la actriz Concha Velasco porque es muy conocida, pero también existe un porcentaje que habitualmente asiste a ver las propuestas que se programan porque son aficionados de verdad. La competencia será cuánto "famosillo" programarán cada uno y en mi opinión, el mayor reto será ver qué producciones locales, de gente de teatro de verdad, dan la oportunidad de poner en marcha. Zamora en este momento no soporta dos teatros y más dependiendo cada uno de dos instituciones que no se quieren. Lamento que habiendo personas preparadas el Ramos vaya a estar en manos de una empresa.