El ensayo general que protagonizaron el pasado abril, en el simulacro de emergencia, les permitió actuar con total tranquilidad, como si la cosa no fuera con ellos. Cuando la alarma sonó, hacia las 11.15 horas, los funcionarios de los juzgados, de la Audiencia Provincial, Clínica Forense y Registro Civil salieron ordenadamente y con absoluta calma.

Fue un desalojo ejemplar, "no tuvimos miedo", comentaban funcionarios a los que se preguntó sobre cuál había sido su reacción. Ni en las oficinas judiciales, ni en los pasillos, ni ya en la plaza de Zorrilla, lugar de concentración estipulado por el protocolo, dejaban traslucir tensión.

Los funcionarios del Ministerio de Justicia "creímos que sería una falsa alarma", como así resultó finalmente. Como tantas veces antes, cuando todavía no había ningún protocolo a aplicar y la absoluta tranquilidad de que se trataba de una broma pesada les permitía mantenerse en sus puestos, recordaban ayer algunos de estos empleados públicos.

De hecho, un puñado de trabajadores continuó con su tarea matinal, sin dar mayor importancia al incidente y a pesar de que la responsable de coordinar la acción de desalojo y la inspección de todas las dependencias actuó como exigen las normas para impedir cualquier posible desgracia en caso de que los timbres de la alarma se activen.

Junto a los guardias civiles que se encargan de la seguridad del edificio, la coordinadora recorrió los dos inmuebles que conforman las dependencias del Ministerio de Justicia en la capital y, afortunadamente, no halló nada. Los funcionarios volvían a sus puestos de trabajo hacia las 11.30 horas, apenas 15 minutos después de vaciar las estancias.

Todo se quedó en una falsa alarma. Alguien tocó el timbre más cercano a las oficinas de la Fiscalía de Menores y, por si no fuera suficiente, volvió a presionar un botón de alarma cuando llegó al último piso del edificio de la calle de El Riego.

Algunos trabajadores estaban tomando el café de la mañana, en el tiempo de descanso que tienen estipulado por convenio, con lo que solo supieron del incidente por boca de sus compañeros, que lo comentaban con absoluta normalidad y sin ningún atisbo de nerviosismo, más bien con indiferencia. La formación obtenida en primavera para saber cómo actuar en caso de emergencia cobró ayer utilidad. Entonces conocieron, entre otros aspectos, los puntos para activar los mecanismos de alerta y el modo en que se debe organizar la evacuación, los puntos establecidos para evacuar las dependencias de la Audiencia y el Palacio de Justicia.