Si algo tienen claro las víctimas del Alvia es que el maquinista no es el único responsable de la tragedia. "Uno de los errores fundamentales es la modificación del proyecto en el año 2010 para que el ministro José Blanco pudiera inaugurar en el 2011", explica Javier García Municio. "Ese proyecto tenía prevista la apertura en el año 2015, pero por inaugurar en 2011 se introdujeron una serie de cambios. Entre ellos, la supresión del sistema de frenado automático en los últimos siete kilómetros de la línea Ourense-Santiago. Esa línea tiene 87 kilómetros. Del 1 al 80 es una recta y luego vienen los túneles y la curva. Pues, precisamente, en ese tramo, se eliminó el frenado automático y la garantía de seguridad desapareció", expresa.

Pero no es esta la única "afrenta" que señalan las víctimas. "Nuestra incredulidad viene posteriormente con la política de ascensos. A Rafael Catalá, secretario de Estado de Infraestructuras en el momento del accidente, se le nombra ministro. Su puesto lo ocupa Julio López, presidente entonces de Renfe. A Pablo Vázquez, presidente de Ineco, la empresa que homologó los Alvia y la seguridad, se le nombró presidente de Renfe. Y por último, en 2015, se crea la Agencia Española de Seguridad Ferroviaria y se nombra presidente a Manuel Niño, que aprobó la puesta en marcha del servicio de los Alvia Madrid-Santiago, y de director a Carlos Díez, jefe de la línea AVE Noroeste en el 2013. Es irritante y desesperante", denuncia García Municio.