Dos incendios consecutivos en sendas viviendas han conformado el último capítulo de una comunidad de viviendas que parece no poder alejarse nunca de la actualidad. Los pisos del antiguo Matadero han sido parte importante de la vida política de la capital desde el nefasto episodio de las calderas, que dejó a decenas de vecinos sin calefacción durante el invierno del año 2014. Los altos índices de monóxido de carbono provocado por una mala combustión de las chimeneas hizo que varios vecinos tuvieran que desalojar sus casas durante horas. Aunque la consecuencia más grave fue el desencadenamiento de una "guerra" contra la Junta de Castilla y León -como constructora de estos pisos- para dilucidar quién debería acometer el cambio de las calderas.

Los vecinos, en aquel momento, se constituyeron en asociación y realizaron varias reivindicaciones frente a la sede territorial de la Junta de Castilla y León en Zamora con un alto componente de tensión. El asunto entró entonces en vía judicial y, tras varios meses de litigio, los denunciantes consiguieron lo que buscaban. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León condenaba a la Junta a instalar las 10 calderas de calefacción que quedaban pendientes de colocación e indemnizar a los 24 propietarios que adelantaron el pago de los aparatos.