Lleva desde los 18 años pisando teatros y cuenta que, "por suerte", siempre ha tenido trabajo. No solo las tablas le han visto interpretar, sino que su faceta actoral ha quedado grabada en series tan conocidas como "Física o Química", "La que se avecina", "Escenas de matrimonio" o "Aída". El valenciano, junto con Miguel Martín, también popular en la pantalla, harán reír a los zamoranos esta noche en el Castillo dentro de la iniciativa "Noche de Humor del Castillo" , organizada, un año más, por Directo al Corazón Producciones y el Ayuntamiento de Zamora.

-¿Es usted nuevo en la ciudad?

-Sí. Solo voy a estar para el monólogo, así que haré turismo nocturno desde que termine la actuación hasta que salga el tren.

-¿Cómo fue su infancia?

-Fui un niño feliz pero jugaba solo porque mis amigos no me querían demasiado. Tenía mis muñecos de Famobil y creaba conversaciones entre ellos continuamente. Creía que eran diálogos pero con el tiempo me di cuenta de que, al hacerlos en mi cabeza, en realidad eran monólogos distribuidos entre varios personajes.

-Así que de ahí salió su faceta.

-Yo siempre he tenido ganas de comunicarme pero la gente siempre ha huido. Ahora, como paga por una entrada, ya no se puede ir corriendo y está obligada a escucharme. Ahí es cuando yo los cojo por banda y les suelto toda mis neuras y mis historias que han oído los Famobil. Todo lo que nunca me han escuchado.

-Ha estado en varias series ¿es lo mismo ser humorista que actor?

-La base es la misma. Cuando eres monologuista, lo que dices te lo has inventado, así que sabes muy bien de lo que estás hablando, lo que quieres decir o cómo y ves que es bueno porque la gente se ríe. Sin embargo, como actor, te dan un texto que te puede parecer maravilloso o infumable, pero que es lo que tienes que decir. Tienes un director que te marca y unos guionistas a los que debes seguir. A veces, tienes suerte y la producción es buena, incluso más buena que lo que harías tú; en otras ocasiones acabas haciendo bodrios. En ambas profesiones se vive lo malo y lo bueno.

-¿Ha sido uno de sus monólogos un bodrio?¿Ha presenciado un silencio sepulcral cuando esperaba carcajadas?

-Alguna vez me ha pasado, pero en algún bar. Normalmente, en los teatros, la gente va más predispuesta y solo tiene dos opciones: o prestar atención o meterse mano entre ellos, con sus parejas o con desconocidos. En cambio, en bares, pubs y cafeterías es más difícil prestar atención. Nada que con dos gritos y un poco de ímpetu no se solucione.

-¿Cómo definiría sus monólogos?

-Bastante directos, con un punto canalla. Son como yo en los días que estoy con la regla.

-¿Y es el Rafa Alarcón de los escenarios el mismo que el de casa?

-El de los escenarios es mucho mejor. El de casa es un coñazo porque duerme mucho. Fuera de bromas, se pegan algunas cosas, pero lo más interesante de mí sale en el escenario.

-¿Alguien que le inspire?

-Me gusta mucho Ricky Gervais, un humorista inglés que ha trabajado en Estados Unidos y hace espectáculos de "stand-up" (monólogos sobre un escenario). Tiene un punto muy capullo que me hace gracia, que me inspira. Digamos que yo soy bastante cabrón para ser monologuista pero no lo suficiente como para serlo en lugares donde no debo.

-¿Cómo distingue esos lugares?

-Se va probando con textos. Consiste en introducir un tema y observar si hay risas: si las hay, ahondas; si no, es hora de cambiar de tema. Si yo empiezo una escena escatológica, un poco macabra, y veo que la gente se ríe, voy añadiendo detalles y viviendo la escena. Pero si incomoda, lo cambio para no acabar yo solo hablando, cosa que no pasará en Zamora porque seguro que la gente es muy divertida.

-¿En el humor todo vale?

-En el humor todo vale si está bien hecho. El límite está en dónde y cómo lo haces. Yo estoy ahora trabajando con bloques que hablan de los límites del humor y, a partir de noticias que han salido en periódicos, voy creando chistes y probándolos en la gente. En resumen, te puedes meter con las mujeres, los hombres, los cristianos, los yihadistas?pero todo depende de si está bien hecho, si es realmente divertido y si el público está comprando todo lo que dices. Cuando eres humorista, también eres actor y director. Hay que trabajar con las tres personalidades para no molestar a la gente.

-¿España tiene sentido del humor?

-Tiene un sentido del humor maravilloso. No hay más que ver los "whatsapps" de grupo. Es el rival de los cómicos hoy en día. Hay algunos tremendamente divertidos que te hacen preguntarte: ¿Cómo no se me ha ocurrido esto a mí?

-¿Se atreve a reírse de la política?

-Sí, de hecho ya está hablado con Miguel para hacerlo esta noche. En mis primeros 15 minutos, hablo sobre el panorama político en Valencia y el país entero. La política nos lo pone fácil. Me parece que todos los partidos tienen sus cosas malas. Nuestros líderes políticos, si pueden llamarse así, se merecen una buena tunda.