Zamora, un lunes de mediados de julio, alerta amarilla por el calor y temperaturas récord de 39 grados. Qué mejor plan que salir a cazar Pokémon por las calles de la ciudad junto con unos videojugadores de Zamora. ¿Cómo? ¿Es que todavía no sabéis lo que es Pokémon Go? Es la última aplicación que ha revolucionado el mundo de los juegos para móviles, trasladando la aventura desde los mapas de Kanto, Hoenn y Jhoto a las ciudades de todo el mundo, y por supuesto, también a Zamora.

La mecánica del juego no ha variado mucho. La finalidad sigue siendo conseguir todos los peculiares habitantes del mundo digital (tal como reza su lema: ¡hazte con todos!), pero las técnicas de realidad aumentada que permiten los nuevos dispositivos móviles han elevado la adición a este juego a un nivel superior.

Los vídeos de avalanchas de jugadores en Central Park, Nueva York, convertidos en virales lo atestiguan. Las cifras que destila la nueva aplicación no son menos apabullantes: las acciones de la compañía Nintendo, dueña de una parte de Pokémon Company, la empresa que ha desarrollado el juego, se han revalorizado hasta en un 93,2%, lo que supone la mayor revalorización del conjunto japonés desde su salida a bolsa en 1983.

Para comprender mejor el fenómeno, LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA sale de caza con un grupo de entrenadores zamoranos. En este caso recibimos la instrucción de cinco jóvenes: Ángel, Jesús, Grace, Miguel y Raúl, que nos comentan que Pokémon Go "es un juego que te obliga a salir de casa y pasear para poder encontrar Pokémon, capturarlos y subirlos de nivel a través de las distintas peleas".

Empezamos desde la rúa de los Francos en dirección a la Catedral buscando "Pokeparadas" que son "lugares emblemáticos y conocidos de las ciudades donde encuentras enseres necesarios para continuar el juego". El avituallamiento que proporcionan estos puntos de interés se compone de Pokeballs, que son herramientas que permiten capturar y almacenar a los Pokémon, o pociones para restaurar la vida que se pierde en los enfrentamientos. El fin mismo de los combates es "conseguir más Pokémon, subir de nivel los propios y vencer en los gimnasios, puntos que se encuentran en lugares emblemáticos, como en la Plaza Mayor, y así poder enfrentarte con otros jugadores de la aplicación". Si consigues derrotar a los líderes de los gimnasios, los derrocarás de su puesto hasta que alguien más osado y más fuerte consiga vencerte: ¡El rey ha muerto, larga vida al rey!

A la altura de la rúa de los Notarios los entrenadores se detienen, la pantalla resalta que un "Zubat" salvaje se encuentra cerca. Inmediatamente el Pokémon sale en la pantalla del móvil de Grace que tras un rápido movimiento digital de su dedo índice consigue acertar la "pokeball" en la animación que muestra su móvil. La pequeña bola atrapa al "pokémon", se agita por tres veces y finalmente confirma la captura, que es celebrada con mesura: "Ya tengo treinta de estos". Y es que una de las dificultades que presenta el juego es que nos siempre existe la variedad de Pokémon que los jugadores desearían: "Dragonite" o "Gyarados" son algunos que más tiempo llevan buscando estos zamoranos.

La característica más destacada del juego es que obliga a los "pokemaniacos" a andar largas distancias para lograr sus ansiadas capturas. Grace lleva más de 75 kilómetros caminados, Raúl estuvo hasta cuatro horas buscando Pokémon y Ángel afirma que prácticamente tiene la aplicación encendida las 24 horas. Aunque también "puedes poner un cebo que permite que los Pokémon se acerquen a una posición determinada sin que tengas la necesidad de desplazarte" afirman los jóvenes jugadores.

Pero si esto os parece ya una auténtica locura, atended a los lugares donde han atrapado Pokémon nuestros entrenadores de cabecera. Grace en un peaje en la autopista, Ángel en el río y Raúl en el rellano de su edificio a las cinco de la mañana. "El éxito de Pokémon Go reside en que ha conseguido que todos los jugadores de los 90 vuelvan a ilusionarse con el juego", comenta Raúl.

Tras varios odiosos "zubats", riéte del mosquito tigre, y una buena caminata bajo el sol de justicia que asola la provincia, nuestros maestros Pokémon conquistan un gimnasio en las inmediaciones de la Catedral y alguna quemadura que otra.