La ola de calor volvió ayer a sumergir a la capital en alerta amarilla, con temperaturas que llegaron hasta los 39 grados, la máxima registrada a las 17.00 horas y la mínima de 22 grados que se observó a las tres de la madrugada. La ciudad ardía literalmente en las horas centrales del día, con los termómetros que a las siete de la tarde se mantenían en los 36 grados. Hoy, la temperatura se mantiene prácticamente invariable. Las horas de mayor riesgo se concentran entre las 12.00 y las 19.00 horas, con máximas de 38 grados en las dos últimas horas; y de 37, a las 20.00 horas, por lo que se mantiene la alerta amarilla en toda la provincia, salvo en la comarca de Sanabria, donde las previsiones dejan el mercurio muy por debajo, en 30 grados de media.