Enrique Calvo Sampedro es el presidente de la ilustre y antigua Cofradía del Carmen de San Isidoro que promueve con motivo de la festividad mariana una serie de actos religiosos que abre, desde hace unos años, un pregón y que concluye con un besapiés a la imagen que honran desde hace más de 300 años.

-La cofradía ha promovido un novenario en honor de la Virgen del Carmen que han contado con una elevada afluencia de devotos.

-Ha acudido mucha gente, sobre todo, por las mañanas principalmente gente mayor y más mujeres que hombres, aunque la verdad es que acude una gran disparidad de devotos porque la advocación es muy conocida. Acude gente de toda Zamora, no solo residentes del casco antiguo, e incluso asisten personas de pueblos cercanos a la capital. El propio día de la fiesta hubo mucha gente tanto en las novenas de la mañana como de la tarde.

-¿Qué novedades ha presentado este año la procesión?

-Tras 328 años es complicado innovar, la verdad. No obstante a lo largo de los últimos años hemos hecho una renovación de los enseres litúrgicos como la cruz procesional, las faldillas del paso, los faroles, los escapularios de la Virgen o el pendón funerario y de hermanos. En esta ocasión por motivos ajenos a la cofradía nos acompañaron solo la Banda de Música Maestro Nacor Blanco y quizá hubo menos afluencia de hermanos debido a que la celebración ha caído en sábado.

-Las celebraciones han concluido hoy domingo con varios actos. Háblenos de ellos.

-Hemos tenido la misa de difuntos a las 20.00 horas y a continuación el besapiés a la imagen. Queremos recordar a aquellos que nos precedieron, que nos han traído hasta aquí y que han hecho posible más de 300 años de devoción y que ya no están con nosotros. Además impulsamos el besapiés para promover la fe a la Virgen del Carmen y acercar la devoción a esta virgen a la gente. El tener un contacto cercano con la Virgen, emociona.

-¿Cuántas personas que han incorporado este año a las filas de la cofradía?

-Este año se han sumado doce nuevos hermanos, muchos de ellos bebés de meses. Es algo tradicional en esta cofradía porque hay familias completas de cofrades que en cuanto nace un nuevo integrante lo apuntan, lo que supone asegurarse una continuidad. El futuro de la cofradía, que antes de novenario rondaba los 380 miembros, está asegurado.

-¿Qué necesidades tiene la cofradía que preside?

-El principal es la mejora de la iglesia de San Isidoro. En su día quedó fuera del programa Zamora Románica y tiene una serie de deficiencias como goteras y humedades que precisan ser reparadas y es donde se nos va mucho dinero. Este templo es un bien de mitra, que dejó de ser parroquia en 1898 y quedó como dependiente de la parroquia de San Ildefonso, pero nosotros colaboramos en su sostenimiento. En la primera fase del Zamora Románica estuvieron los arquitectos incluso midiendo pero luego no sabemos por qué no se hizo la obra y se excluyó. Esperamos que en la siguiente fase se pueda acometer las obras en el templo.

-¿Qué proyectos tiene la directiva que preside para los próximos meses?

-Ahora resulta complicado porque a corto plazo tenemos las elecciones. Mi mandato concluye el próximo año, en concreto en enero de 2017. Si me presentara sería mi cuarto mandato pero según los estatutos de la cofradía no puedo concurrir, de ahí que nuestra labor se vea un poco limitada.