-El enconamiento con el grupo del PP es cada vez mayor. El último episodio el de las fiestas de San Pedro y la actitud que le reprochó usted al popular Víctor López de la Parte. Habló de agresividad fuera de lo común y de odio. ¿Es irreconciliable?

-Irreconciliable es hacer una oposición muy agresiva y de "falta un papel", no de fondo. La agresividad se nota en los plenos, en los calificativos y el tono, completamente diferente a los de los concejales no adscritos y al de Ciudadanos. El PP intenta suplir la falta de planteamientos con esa actitud, sus concejales son hipócritas: anuncian acciones legales contra delitos de odio en la redes sociales, pero comparten vídeos y comentarios de ese tipo contra mí. No han encontrado su lugar en la oposición, lo entiendo tras 20 años gobernando. Exigen rapidez, pero hay que colocar el espejo y ver qué hicieron ellos. Ven la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio.

-¿Qué critica del PP le ha dolido más?

-No hace crítica política, se dedica a lanzar calificativos, a mí me han llamado dictador, autoritario y machista. Es lo que más me duele, los ediles usan calificativos que les retratan, y me duele porque perjudica a una relación cordial y amigable, correcta y educada, que hay que procurar y que existe con todos los portavoces, con el PP es difícil.

-¿Esperaba una oposición tan dura?, ¿la relación con José Luis González Prada ya no es buena, como era?

-La buena relación con Prada se ha enfriado un poco. Que se critique la acción política no me importa, pero la del el PP es de palabras gruesas y sin fondo. La crítica está bien, pero con buenas formas, el PP no tiene planteamientos políticos, un modelo de ciudad. Estoy frustrado con su oposición porque es muy nominalista, de poner todo en blanco y negro, vociferante, no dura. Por cierto, tienen dos concejales liberados y dos auxiliares, lo digo para que el ciudadano exija. Todo está colgado en la web municipal, todos los gastos.