Los técnicos del Ayuntamiento de Zamora trabajan en la elaboración de la memoria técnica del proyecto de demolición del edificio de la calle La Feria en prevención de que finalmente sea la institución municipal la que tenga que llevar a cabo las obras. En este sentido, "estamos trabajando como si fuéramos nosotros los que tuviéramos que actuar, por si acaso los propietarios toman esta decisión", explica el concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Zamora, Romualdo Fernández. En este sentido, el edil del área explica que "se trata de agilizar al máximo los plazos para intentar ofrecer una solución de la forma más rápida", añade.

En el caso de que la ejecución subsidiaria sea la que se imponga, "una vez transcurridos los siete días hábiles se habilitará el presupuesto y se pedirá a una empresa competente la ejecución del derribo con una memoria que nuestros técnicos ya están elaborando". Se tratará, en todo caso, de un contrato menor por su importe económico, lo que permitirá que la tramitación sea más sencilla y menos dilatada en el tiempo. Además, el agravante de la urgencia permitirá acortar aún más los plazos.

Los primeros desprendimientos se produjeron durante la tarde del pasado lunes, sin que en un principio la situación revistiera gravedad, a pesar de que fue necesaria la intervención de los bomberos. Horas más tarde, en torno a las cuatro de la madrugada del pasado martes, parte de la fachada cayó por sí sola.

La cuesta del Piñedo, la plaza de La Puentica, la calle Sancho IV y, por último, la calle La Feria. Son cuatro de las calles de la capital que han sido testigos de derrumbes en edificios en un periodo de menos de dos meses. El último -dejando al margen el actual de La Feria- ocurrió el pasado mes y obligó al corte del tráfico de El Piñedo durante quince días a consecuencia de los desprendimientos en una vivienda aneja que permanecía deshabitada desde hacía tiempo. Uno de los casos más llamativos ocurrió en mayo en la plaza de La Puentica, cuando una vivienda se vino abajo sin ocasionar daños humanos y solo algunos materiales.

Casi a la vez comenzaron los trabajos de demolición en una vivienda antigua de la calle Sancho IV, que ocasionó varios desprendimiento también a mediados de mayo. Los Bomberos y la Policía Municipal cortaron el tráfico de la antigua calle Larga, que permaneció sin acceso al tránsito peatonal y rodado para garantizar la seguridad ante posibles nuevos desprendimientos. Otro de los desprendimientos en la capital que ocasionó también en mayo el corte al tránsito de una calle -aunque de carácter menor- se produjo en la calle Sotelo, una pequeña vía que une la plaza de San Esteban con San Torcuato. La zona permanece acordonada tras el derrumbe de una de las paredes interiores de un inmueble.