El matrimonio reconoció ante la juez que llevaba más de un año como ocupa. No tuvo problemas en asumir el delito, denominado legalmente de usurpación, y mostrar su arrepentimiento por una conducta que le ha permitido sobrevivir sin abonar renta alguna durante más de un año. Tampoco tuvo ningún empacho en solicitar a la juez que, por favor, les diera un plazo de tiempo para poder conseguir otra vivienda en la que alojarse. La magistrada del Juzgado de lo Penal accedió a concederles un mes. En ese tiempo tendrán que salir del domicilio, situado en el barrio de La Horta, en el que entraron sin permiso de su propietario, un banco. Como penalización, la juez ha impuesto a los dos condenados el pago de una multa de 270 euros.

Fue, precisamente, la empresa que gestiona el patrimonio de la entidad bancaria la que denunció la ocupación del piso, lo que dio origen a la apertura de una investigación judicial que terminó con la imputación al hombre y la mujer de un delito de usurpación, de acuerdo con la calificación realizada por la Fiscalía Provincial. Curiosamente, las notificaciones sobre el procedimiento judicial han continuado recibiéndolas en una dirección de la calle Majestad de la capital. La pareja accedió ayer a llegar a un acuerdo con la fiscal para pagar la multa y abandonar su condición de ocupa de la propiedad del banco, que también se conformó con la pena de multa.